En un tercer intento, ayer fue publicado el bulevar escrito inicialmente para la edición de El Nacional del día sábado 13. Fue publicado pero mutilado y con el título cambiado, Dios sabrá por qué, por quién y para qué.

Pero, además, y es lo más grave, al escrito -ya mutilado- se le añadió un punto final que yo no puse y que le quitó todo sentido, entendimiento, razón, como decía Violeta Parra. (Hay que tener cuidado: se empieza recortando párrafos ajenos y se termina cortando el cuello a un enemigo o al vecino.)

Entonces, en lo que resuelvo mis asuntos internos con los duendes de este diario al que pertenezco desde 2003 por agradecida invitación de su director, y de su propietario: para que no vayan ustedes mis lectores a creer que anda uno más despistado de lo prudente, o tomando más de la segunda copa de vino en viernes, o la tercera fría en sábado, aquí van los párrafos mutilados, con perdón:

El pasado domingo, como otras tantas veces, fue catorce de junio, pero de poco sirve tanto recordatorio si aquí cada gobierno liberal es el anticipo de un olvido, porque aquí la derechona gana siempre, hasta cuando pierde, pues para entonces se va de rumba con tres curas ateos de patria, dos ricos ciegos y cuatro guardias sordos, y en una embajada se inventan un Septiembre, 25 por decir. ¿Comprende?

El domingo fue 14 de junio, y una vez más fue más fácil llorar por los que fueron que luchar por los que quieren ser, y esperan, esperan como otras tantas veces.

Muchas gracias.