Opinión

El Bulevar de la vida

El Bulevar de la vida

Hasta ahora ha dado buenos resultados. Las estadísticas gubernamentales así lo confirman. ¿Pero, hasta cuándo puede ser sustentable la popularidad gubernamental a partir de no tomar o dejar sin efecto las decisiones impopulares pero dolorosamente necesarias?

Hasta qué punto era dolorosamente necesaria un alza en el servicio eléctrico cuyo subsidio gubernamental se acerca peligrosamente a los 18 mil millones de pesos sólo este año.

Recordemos que en el mes de julio la presión popular llevó al gobierno a echar hacia atrás la aplicación de uno de los escasos impuestos progresivos que se había planteado: el de las placas o marbetes.

Igual ocurre con la “ración del Boa” a un sector choferil que recibe del gobierno en dádiva full casi cuatro millones de galones de combustible cada mes. (A los colmados banilejos los gobiernos no le dan ni “las más expresivas gracias” por sus servicios barriales, y todo porque el banilejo no ultraja, abofetea, quema ni apuñala a nadie; como mucho, enamora y promete amor eterno cada día y a cada una de las mulatas bellas del barrio cuando hacen “la compra”.)

¿Se puede solucionar verdaderamente el problema energético mientras ese sector sea un barril sin fondo que drena las arcas de un Estado chantajeado sin disimulo por señores de generación insaciable?

¿Alguien cree que puede haber solución al tema de los combustibles mientras no se enfrente a los responsables mayores de la cuestión, y todo porque poseen la demoníaca capacidad de anarquizar el país cada semana en calles y carreteras… si le retiran su ración de Boa?

Las vaqueradas italianas de mi infancia fueron un éxito, pero proyectar indefinidamente “El bueno, el malo y el feo”, de Sergio Leone, puede ser un error… a largo plazo, pero un error.

El gobierno debe pensar seriamente de qué forma enfrentará a los privilegiados y minoritarios sectores de siempre para poder beneficiar a las grandes mayorías.

Hasta ahora, se ha puesto el oído en el corazón del pueblo, y se ha actuado con  éxito innegable, pero ¿es sostenible en el tiempo proyectar una y otra vez “El bueno, el malo y el feo”? 

La estrategia de comunicación política de posicionar al Presidente frente a los votantes ha sido correcta y exitosa, entre otras muchas razones porque el mandatario sabe “por dónde le entra el agua al coco” y por experiencia propia conoce los aspectos vulnerables, los repetidos errores de sus antecesores todos en las formas y en el fondo.

Pero quizás es tiempo de ir pensado en una definitiva estrategia de combate a los adversarios (no políticos, que esos ni existen) sino empresariales y “sindicales”, que con su sempiterna “ración de Boa”, desde Lilís hasta ayer, han convertido al país en un moridero de pobres rodeado de una minoritaria, reducida y pequeñita élite de espanto, lujos, excesos y muchos millones.  

Ahí están los problemas. A ver cuál será el momento de enfrentarlos, no en las formas sino en el fondo, no en la coyuntura sino en el tiempo. Y si quiere que entre el mar.

La estrategia de exhibir una y otra vez: “El bueno, el malo y el feo”, -tan exitosa a corto plazo-, con el paso del tiempo podría desgastarse y llevar al gobierno peledeísta al fracaso…. como otros tantos, como otras tantas veces. Por cierto: “Salimos a pasear, ya sabes, todo igual, la luna sobre el mar, tu copa de champagne … como otras tanta veces…”

El Nacional

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