Opinión

El Bulevar de la vida

El Bulevar de la vida

En diez años, la tasa de suicidios de adolescentes se duplicó en Dominicana. (ONE). Desde el año 2010, los suicidios cobraron más vidas que las guerras, los asesinatos y los desastres naturales (OMS). Una persona se suicida en el mundo cada 40 segundos. Siete de cada 100 mil dominicanos se quitaron la vida en el año 2011 (OMS). La mayoría de los embarazos de adolescentes no ocurren entre las edades de 15 a 17 años como cabría suponer, sino entre 10 y 11 años.

En Constanza, un cura es acusado de violar  a 15 menores de edad. El muy señor vive en una casona de inspiración medieval que contrasta con la humildad de su templo. Y pregunta uno: ¿Cómo puede un pastor de almas en un pequeño pueblo de fuertes relaciones primarias (o sea, chismoso como todos los pueblos pequeños), realizar durante años orgiásticas fiestas ¡con menores de edad! y no enterarse nadie, ni su iglesia, ni la Policía, ni la vecina “jabladora” que todo lo sabe y comenta?

¡Ahora sí que somos pobres, sólo que a algunos no les ha llegado el e-mail, no leyeron el tuit, o no han querido recibirlo ni leerlo! No existe mayor ciego que aquel que se niega a ver. Somos los monos de Gibraltar que “cierran los ojos para no mirar”. 

La complicidad está destruyendo a esta sociedad de maquillaje y decoraos. Ya los padres prostituyen a sus hijas e hijos para que con su inmolación les mantengan. El país y su mercado electoral, con sus “agresivos” medios de comunicación, saludan afectuosos a narcotraficantes, lavadores o políticos corruptos y hasta les votan.  Mientras más corrupto e impresentable es un homo sapiens, con más virulencia denigra y sentencia a su político (corrupto o no) odiado por encargo, a su narco más despreciado, a su lavador más hijoeputa. ¡Y siguen las poses!

Más de uno agradece lo aprendido en lides amatorias en las mágicas noches de “Morillito”, o en ese templo de educación sexual que fue el bar de doña Herminia, ay, pero no puede ser Morillito ni la tan admirada señora quien inicie en el país una jornada ética contra la prostitución o la crueldad de los boleros.

Se suicidan sin norte nuestros jóvenes; guías espirituales no guían sino que conducen a la violación degenerada; las niñas son embarazadas antes de merecer ser llamadas adolescentes; los corruptos son venerados por la mayoría de la sociedad y apenas atacados coyunturalmente por los defensores de otros corruptos, y si faltaba algo, ya la vieja Europa no es modelo de civilización a seguir, sino una decrépita señora sin prigilio, inspiración, familia ni camino.

 Perdón por estas líneas tan en plan Emil Cioran, pero también los alegres amantes de la poesía y sus noches, de esa luna y sus ojos (tristeza de mar), ay, se hartan de la hipocresía y el cinismo de esta sociedad que no está en crisis de unos valores que tampoco están “invertidos”, sino que han desaparecido si es que alguna vez existieron.

Y así vamos, sin valores, ni Dios, sin ideología ni sexo tántrico que nos guíe o inspire.

Hoy somos apenas una triste sociedad bullanguera entre penas que baila sus desgracias como una bachata mortal, una sociedad que literal y existencialmente se ha quedado sin luz como a veces los amores se quedan sin camino… y entra el mar de la noche.

El odio no destruye al odiado, sino a quien odia.

¿Qué hacer? Eso es tema para otro bulevar. Que, claro que volverá, claro que volverá.

El Nacional

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