Opinión

El caro precio que pagamos por una democracia mostrenca

El caro precio que pagamos por una democracia mostrenca

No deseo sentir en mis manos el lápiz frio que deje en negro con espacios en blanco, sin sentido o peor aún, sin que se pueda descubrir el amargo sabor de carecer de la suficiente lucidez para describir algo tan sencillo como la dolorosa verdad que nos acogota. Que no se pueda diferenciar entre lo cierto y los hechos llevados a cabo por personas que enrarecen, hacen confundir y enturbian la inaguantable verdad.

 Qué pena y que desgracia esta, donde los políticos y técnicos economistas nos quieren meter entre ceja y ceja que endeudarse para gastar en francachelas, indelicadezas y cosas improductivas signifique progreso. Quizás en lo mediato se de esa percepción pero después hay que pagar pero, con qué, aunque la pregunta esta demás y todo el mundo sabe que será ahorcando al pueblo pendejo, vaciando sus bolsillos no del dinero mal habido sino el producido con mucho esfuerzo, limitaciones y sudores.

 La nación es como una gran familia, si se toma prestado para fiestas, para gastar sin tener posibilidad de pago, es simplemente la ruina, es tener que vender lo que hay para pagar, es sacarle a otro de los bolsillos –por no decir, robar- para pagar. Algo parecido a lo que han hecho y están haciendo estos políticos-economistas.

 Es lo mismo, por igual, que un miembro de la familia tome préstamos para su beneficio individual mientras a la familia se la lleva el mismo satanás para pagar la deuda. Es lo mismo que nos está pasando como nación, que políticos-hormigueros-economistas, especialistas en concertar-firmar y argumentar pendejamente prestamos onerosos, escandalosos y que por demás se hayan beneficiado, -porque como dice el pueblo “todo el mundo”-, sabe que estos préstamos van dejando rastros “verdes” por donde quiera que cruzan. Unos por procurarlos, otros por proporcionarlos y los peores… ¡los que aprueban, certifican y avalan con su apoyo!

 Mientras todo esto pasa, hablan, argumentan pero, han vivido y viven aún algunos que se beneficiaron de él, hablando, escribiendo o sirviendo de acólitos y que hoy dicen lo malo que fue el tirano, pero solo es para encubrir lo que hacen ahora, las indelicadezas, la incapacidad y de lo que nadie habla ¡los crímenes!, los que se ejecutan en aras de la democracia, de la libertad y por los cuales nadie es culpable, quizás peores crímenes que antes, la responsabilidad directa iba al tirano y que hoy se quedan en nebulosa. Sí señor, porque antes era un solo ladrón y criminal…porque el mismo jefe lo dijo: “soy ladrón y valiente, como todos los dominicanos”.

 Pero resulta y viene a ser que ahora hay más, mucho más ladrones y asesinos y por demás se ha matado más y robado más en esta democracia mostrenca, perversa y corrupta que todo lo que se  hizo cuando la era del tirano. Porque ahora, y desde que sus “amigos” mataron al jefe, en esta cara y vergonzosa democracia, tenemos dictador o dictadores, aunque mucho más finos y mucho más indolentes, donde no se mata con arma física sino, de una manera más denigrante, esto es, mediante la elocuencia falaz, perversa, procurando exterminar los reclamos y aspiraciones que se oponen a la imposición de su voluntad, empleando a su máxima capacidad la acumulada fuerza política, económica, policial-militar o judicial. Y esto de por si es grave, pero peor aún, es que lo hacen empleando su maldita astucia, constituyendo todo un proceso “democrático” perverso.

 Y ya que por hoy no tengo más espacio, solo les pido a los que se consideran infalibles, intocables, dirigir su mirada a Brasil. Próspero y prosperando y sin aparente motivo –como aquí en el 1984-, ese país se quema por una aparente nimiedad. Y, cabría preguntar desde cuándo y por encima de estadísticas y demás yerbas se fue cociendo ese sancocho. No lo digo por nada, pero, de esto hay que continuar hablando, de las consecuencias de los desgraciados prestamos, de la desconsiderada reforma fiscal y sobre todo, de la gota que podría rebozar el jarro… ¿quizás el abuso del impuesto a las placas para pagar el “desatino” de ciertos “lideres”? Solo digo… ¡Quizás! ¡Si señor!

Twitter:@rafaelpiloto01

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