Al cumplirse el sábado el primer año del asesinato del exrector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Mateo Aquino Febrillet, inquieta que la justicia no haya acabado de imponerse. Y para colmo asoma el temor de que de no ser por la presión mediática el principal acusado de la muerte de Febrillet, el transportista Blas Peralta, ya estuviera fuera de la cárcel.
El académico, que era candidato a senador por San Cristóbal por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), fue mortalmente herido cuando viajaba en su vehículo por la avenida Anacoana, después de participar en un encuentro político. Por distintos alegatos su chofer Joel Antonio Soriano Ramírez y el candidato a diputado Edward Montás, que lo acompañaba el día de la tragedia, retiraron la querella contra Peralta después que se habían constituido en parte civil.
Además de lo extensa que se ha tornado la elaboración de la sumaria, lo que se atribuyó a tácticas dilatorias, trascendió que se realizan negociaciones para beneficiar a Peralta.
