Opinión

El caso Kuczynski

El caso Kuczynski

Mejor sería aceptar la realidad sobre la caída del presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, porque con sofismas no se va a engañar a nadie. El mandatario fue arrastrado por la cruzada contra la corrupción que ha alcanzado dimensiones planetarias. Que la pugna de poder haya precipitado la renuncia es una cosa, pero la verdad es que el gobernante fue víctima, la de más alto quilate por ahora, de los sobornos pagados por el consorcio Odebrecht por asignación de obras públicas.

Tal vez sea necesario un somero recuento sobre los últimos acontecimientos para ilustrar el panorama. En América Latina el fenómeno comienza por la derecha, a finales de 2015, con la renuncia del presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina y la vicepresidenta Roxana Baldetti, arrastrados por una intensa tormenta que los asociaba con enriquecimiento ilícito en un caso de defraudación aduanadera.

Ambos todavía están presos, y si bien la señal no fue de humo se pasó prácticamente inadvertida, posiblemente por la baja estatura política. Un año antes, 2014, en Brasil había explotado el caso Lava Jato, por el cual terminaron con sus huesos tras las rejas prominentes líderes políticos y empresarios.

En medio del caso Lava Jato, en Brasil y el mundo las alarmas se disparan por el inusual proceso que culminó con la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, no por corrupción, sino por manipular las estadísticas presupuestarias.

De la acción surge la marca ideológica que se puso a la cruzada, sobre todo al darse dentro del contexto en que cercanos colaboradores de la expresidenta argentina Cristina Fernández y la propia exmandataria eran investigados por enriquecimiento ilícito.

La corriente, que estuvo cerca de arrastrar el actual presidente Michel Temer, cobró más fuerza con la irrupción del escándalo Odebrecht, la detención de su presidente Marcelo y la investigación contra el expresidente Lula da Silva, quien dicho sea de paso ya ha sido condenado a 12 años de prisión por recibir supuestos favores de amigos beneficiados con la trama.

Esa oleada que provocó la renuncia de Kuczynski es la misma por la que está preso en Francia el expresidente Nicolás Sarkozy y que también determinó la salida del poder del mandatario sudafricano Jacobo Zuma.

Pero también la misma por la que fue destituido y condenado el vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, y están presos los expresidentes Ollanta Humala, Perú, y Álvaro Colom, Guatemala, y se persigue al exgobernante Ricardo Martinelli, Panamá.

Contra el expresidente peruano Alejandro Toledo hay orden de extradición y el exmandatario de su país Alan García está bajo investigación, amén de que en la nación andina además están presos prominentes empresarios ligados a las prácticas corruptas del consorcio Odebrecht.

El Nacional

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