Opinión

El caso Mondesí

El caso  Mondesí

Casos como el del expelotero Raúl Mondesí, condenado a 8 años de prisión y 60 millones de pesos de multa por la supuesta malversación de 300 millones durante su gestión como alcalde de San Cristóbal, retratan tanto a la sociedad como el ejercicio político. Basta una simple pincelada a su tormentosa historia.

Mondesí fue novato del año de la Liga Nacional en 1994, ganó guantes de oro y si no tuvo un desempeño más sobresaliente como pelotero fue por falta de disciplina, porque talento tenía de sobra. Bateaba, corría, buen brazo y todos los atributos para brillar como una de las grandes estrellas. Tras jugar con varios equipos, terminó su carrera más pronto de lo que se esperaba, porque antes que el béisbol lo motivaba la diversión.
No bien se había retirado cuando inaugura la discoteca “Mondy Disco”, donde se presentaban los bachateros más pegados del momento. Después de un relativamente breve período de esplendor el establecimiento perdió todo su atractivo hasta convertirse en una ruina. Pero Mondesí, que había ganado una fortuna como pelotero no le prestó la menor importancia al fracaso y comienza a acariciar una aspiración más ambiciosa: alcanzar la sindicatura de San Cristóbal. Y se lanzó a través del único partido que para ese entonces, 2006, no tenía candidato para la plaza: el Reformista Social Cristiano (PRSC).

A pesar de ser un mal ejemplo por su indisciplina en las Grandes Ligas, desconocer los pormenores de la administración pública y carecer de discurso, Mondesí encontró un masivo apoyo a favor de sus aspiraciones. ¿En qué radicaba esa popularidad? Simplemente en que tenía y repartía dinero a la gente para que bebiera y comiera.

En una nación donde los recursos prevalecen sobre los programas y trayectoria, se trata de lo más normal. Pero como en ese momento el PRSC concurrió a los comicios aliado al PLD, el expelotero se transó por una diputación después de más de una entrevista con el entonces presidente Leonel Fernández.

Como legislador no se conoce ninguna iniciativa suya. Por el contrario, se criticaban sus ausencias. Aun con esa conducta, cuando comenzó a negociar su integración al PRD, con la garantía de que sería el candidato a la alcaldía en las elecciones de 2010, el PLD trató de retenerlo, pero no pudo.

Mondesí ganó su anhelada sindicatura, pero no tardó mucho para que brotaran las denuncias de irregularidades financieras. Cuando ya estaba con la soga al cuello el expelotero decide trasladarse al peledeísmo para respaldar la candidatura del presidente Danilo Medina.

Al ver que los peledeístas le habían sacado los pies y que la tormenta estaba cada vez más cerca, Mondesí comenzó a decir que había sido traicionado. Al ser condenado por su desastrosa gestión municipal, el talentoso expelotero se ve más como una víctima propiciatoria que como culpable, porque su caso también ha querido ser utilizado para levantar bandera en la desacreditada persecución de la corrupción.

El Nacional

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