Opinión

El conejo de la suerte

El conejo de la suerte

Luis Pérez Fondeur

ABugs muchos lo recordamos por ser el pequeño conejo con smoking, sin pantalones, que aparece junto al gran escudo de la Warner Brothers al inicio de alguna buena película o serie animada; o por jugar básquetbol con Michael Jordan en la película “Space Jam”.

Bugs Bunny, aunque su versión oficial y popularizada hizo su primera aparición en julio 30, su cumpleaños es en abril 30 cuando su prototipo hizo su aparición junto al cerdito Porky .

Como tantos y tantos personajes (aunque a Bart Simpson no le fuese tan bien con su “Yo no fui” y Homero, con su “ou”), Bugs Bunny le debe gran parte de su éxito a su famoso slogan: “¿Qué hay de nuevo viejo?”, y “What’s up doc?” en la versión original.

Lo curioso es que esa frase forma parte de su grandeza como personaje desde el primer día que le vimos en la pantalla en ‘A wild hare’. Tal y como recordaba su creador, el célebre Tex Avery: “Le vemos aparecer del fondo de su madriguera cuando un tipo le está apuntando con una escopeta en la cara. Espera que el conejo salga corriendo o se eche a gritar, pero Bugs simplemente lanza ese comentario casual. Nos pareció tan divertido que dije que lo teníamos que repetir siempre que pudiésemos”.

La rivalidad entre Bugs Bunny y Mickey Mouse, que a su vez simboliza la que mantienen Warner y Disney, es histórica. Con más de 175 títulos, Bugs es el personaje animado que más películas ha realizado, y (atención) el noveno personaje de ficción que más veces ha sido retratado en el cine. Los dos personajes, por cierto, aparecieron juntos por primera vez en una de las escenas más memorables de ‘¿Quién engañó a Roger Rabbit?’ (Robert Zemeckis, 1988).

Bugs Bunny fue uno de los héroes favoritos del ejército estadounidense en la Segunda Guerra Mundial, cuando Warner recibió grandes aportes del gobierno para producir cortos propagandísticos. La actitud carismática y valiente del personaje era ideal para representar los valores que América quería ensalzar en tiempos de guerra.

El Cuerpo de Marines le otorgó el reconocimiento de Marine de Honor después que Bugs apareciese con su uniforme en el corto ‘Super-Rabbit’ (1943), y su imagen lucía como mascota en muchos escuadrones de la Fuerza Aérea; solo el conejo de la suerte podía representar a los americanos.

Desde risas en los hogares hasta victorias en la guerra, hasta aumentar la venta de zanahorias con los niños no fueron las mejores hazañas.

Bugs Bunny pudo romper las esclusas del canal de Panamá, devolver Manhatann a los indios, tapar el Gran Cañón, cerrarle el agua a las cataratas del Niágara para demostrar, que es su orgullo más grande, que los conejos valen más de 2 centavos.

El Nacional

La Voz de Todos