Opinión

El Congreso debe actuar

El Congreso debe actuar

En su comparecencia ante la  Asamblea Nacional el pasado 27 de febrero, el presidente Danilo Medina despertó el dormido ánimo nacionalista de los dominicanos al emplazar a la empresa minera canadiense Barrick Gold para que se modifique el oneroso contrato que tiene con el Estado, en vista de los extraordinarios aumentos en los  precios del oro en los mercados internacionales.

En esa ocasión, Medina hizo “un último llamado a los ejecutivos de la Barrick Pueblo Viejo para que accedan a revisar los aspectos fiscales del contrato, pues el esquema actual de distribución de ingresos, luego del      alza en los precios del oro en el mercado mundial, es inaceptable”, para citar que  de cada 100 dólares de ingresos de la exportación de oro y otros metales, la Barrick recibiría 97 dólares y el pueblo dominicano tres.

La posición oficial de Medina le ha granjeado amplias simpatías populares, incluida la oposición, pues se entiende que el Estado requiere de mayores ingresos para asumir las responsabilidades contraídas con el pueblo, entre las cuales la fundamental es proporcionarle mayor bienestar.

Las reuniones entre una Comisión de Alto Nivel y los ejecutivos de la empresa minera han sido muchas, pero hasta ahora no hay acuerdo.

En vista de que el presidente Medina dijo que “la paciencia tiene un límite”, creemos que los representantes del Congreso Nacional deben presionar a la Comisión de Alto Nivel para que informe al pueblo dominicano cómo van las negociaciones, pues mientras tanto la Barrick Gold continúa exportando oro, plata y otros metales, sin que el Gobierno pueda cuantificar la proporción de uno y de otro. Cada vez que exporta,  casi cada quince días, las valoraciones que hace la empresa se refieren a más de 11 millones de dólares.

Aduanas dice que no puede impedir esas exportaciones porque la Barrick tiene un contrato. Pero el Congreso podría paralizar, por Ley, esas exportaciones, sin modificar el contrato, hasta que se logre un beneficio  justo para el Estado Dominicano y la propia compañía.

En caso contrario, el Presidente Medina no debería vacilar y someter  al Congreso Nacional un proyecto de ley que establecería un Impuesto sobre los Ingresos inesperados de las empresas exportadoras de minerales, “el cual gravará, con una tasa justa, el excedente entre el valor de las exportaciones de minerales a los precios en el momento en que se realicen las mismas y el precio de referencia para cada uno de los minerales”, de acuerdo a sus propias palabras.

Urge solucionar ese problema con la empresa minera.

El Nacional

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