Ana, la Sra. del servicio, perdió a su segundo marido hace ya varios años. En una de sus visitas al cementerio, encontró sobre la tumba, un perro color kaki que movía la cola alegremente. Bienvenido… eres tú? – ¿por qué vienes trasformado en animal? Dirigiéndose a una de sus hijas le dice: -bésale la mano a tu papá y agregó -Bienvenido ingrato… que hay del número de lotería que me prometiste?
El difunto (rifero de oficio) pasó sus últimos años en el manicomio, y durante sus crisis mentales, llamaba a mi casa a las 2:00 de la madrugada para cantarnos la lotería. -Diez y ocho mil trescientos cuarenta… treinta pesos; cinco mil quinientos dos…. treinta pesos. Conociendo su condición mental, colgábamos el teléfono, sin embargo, todavía a las 7:00am seguía cantando su lotería.
El funeral de Bienvenido se realizó en su casa y a la altura, que la gente del barrio esperaba de este conocido vendedor de ilusiones. Un chivo, varias gallinas, se repartió quesos, y todo tipo de bebidas incluyendo alcohólicas. Al final como en todo entierro de pobre y ahora también de rico, se gastó el equivalente a un año, del total de ingresos de la familia.
Curiosamente, ayer se celebró “Halloween” (día de brujas) fiesta anglosajona que gana popularidad entre los dominicanos, sin importarle a nuestros “nacionalistas” guardianes y protectores de la transculturación. Mañana 2 de Noviembre se celebra el día de los difuntos, y a diferencia de años anteriores la gente acude a los cementerios no solo a rezar y llevar flores, sino también a comer, beber y bailar, compartiendo la fiesta con los difuntos.
Como cada año, doña Ana ira al cementerio para recordarle a Bienvenido que todavía espera el número del palé. Convencida de que ese can sobre la tumba, era su ex-marido, nos confiesa: -Claro que era él, cuando el perro se marchaba le vi la bolsa y la tenían igualitas!
