En su informe al inicio del 2015 relativo al comportamiento de la economía nacional 2014, el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu destacó el crecimiento del PIB en un 7%, la inflación y estabilidad cambiaria de RD$44.36 por dólar, un 3.5 menos que la visualizada para el Presupuesto 20l4 de RS$45.8.
Las referencias de ese comportamiento resultan los soportes y vigas de amarre en la estructura de la economía dominicana por las precisas providencias que acerca al presidente Danilo Medina el licenciado Valdez Albizu, manejando desde hace ocho años las turbulencias del crack de 2008 de los créditos sub prime de los grandes forajidos de Wall Stree, aún impunes que desestabilizó la economía planetaria.
Muy diferente los retos de Valdez Albizu a los del recordado gobernador Diógenes Fernández, que sin necesidad de procurar una linterna para alumbrarse al mediodía en busca de un hombre honesto, como el célebre filósofo griego, sorteó la economía sosegada y hasta boyante de la libra de azúcar a 75 centavos de dólar como se registró como nunca en la historia del dulce en 1974.
Diógenes Fernández se manejó con un gobernante refractario al endeudamiento tanto interno como externo, sobre todo, el segundo, construyendo el 80% de las obras de infraestructuras con recursos propios y cubicando diario a los ingenieros RD$3 millones cuando el dólar gardeaba pegado al peso.
Hoy el desempeño no es así y la deuda pública trepa a US$32,179 millones, mientras los sectores económicos comportan crecimientos 7.9% hoteles, bares y resturantes; manufactura (industria) 5.0%; construcción ll.4%; comercion4.7% no obstante la indetenible alza en los precios de la canasta básica, que se desató en diciembre, en vea de anunciado en enero; inversión extranjera US$2,237 millones; remesas US4 mil millones; 165,799 nuevos empleos, inclusive 120 mil en zonas francas y 135 mil micro empresas obtuvieron RD$6 mil millones en créditos.
Turismo creció impresionante hasta ingresar 4 millones que compraron a los productores agropecuarios US$500 millones o unos RD$30 mil millones, gestión ciclópea del ministro Francisco Javier García Fernández.
Pero esos logros del presidente Medina asesorado por Valdez no se traduce en el bienestar que los dominicanos aspiramos porque la ingeniería distributiva es incorrecta.
Resulta inadmisible que el presidente Medina prosiga el maratón del endeudamiento para financiar a pequeños productores, cuando disponer promulgar el reglamento que autoriza al Banco Agrícola por la ley 4314-1948, a captar los depósitos de alquileres de inmuebles, que apropiarían más de RD$40 mil millones anuales detendría ese desenfreno de compromisos, y que es la cartera que la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD) estima requiere el sector agropecuario para identificarse con los imperativos actuales, con logística financiera que cubra el mercado y nichos de exportación, como los invernaderos, renovación de cafetos devastados por la roya y la ancianidad por variedades resistentes y de mayor producción y así poder descontinuar las importaciones que por primera vez incurrimos de ese comoditie.
El ritmo de la economía crece con diseño que incluye a grupos cada vez más extensos, cierto, pero que excluye a una mayoría cada vez más numerosa y menesterosa, y no obstante la Dirección General de Aduanas proyectar ingresos para este año 2015 por RD$86,955 millones (Hoy 6 de enero del 2015), los diputados estrenaron este año aprobando US$683 millones para diversos programas, como uno de US$210 millones para “implementación de un programa de ordenamiento, reubicación y movilidad urbana de Santo Domingo”, rubricado con la Agencia Francesa para el Desarrollo (AFD). Explíquenme.
