Opinión

El eterno carnaval

El eterno carnaval

Orlando Gome

El carnaval es un festejo folklórico asociado a creencias religiosas que suele celebrarse antes del inicio de la cuaresma. Celebrándose acorde a cada país o región que lo organice, en República Dominicana este usualmente se celebra mediante comparsas reflejando distintos temas culturales y folklóricos.
El alcohol y los glúteos tienen más peso que discursos y debates.

Lo llamativo de nuestro país es que nuestra forma de realizar el carnaval se ha extendido a todas las demás manifestaciones sociales nuestras hasta volverse en su centro, por lo que no deberíamos sorprendernos de que las fiestas religiosas, las fiestas patrias y hasta nuestras campañas electorales queden reducidas a eso, un carnaval de nunca acabar.

Música a alto volumen, comparsas, alcohol, multitudes y todo el frenesí asociado a nuestro carnaval lo vemos reproducido en la forma en la que elegimos las personas que van a tomar las riendas de nuestro país. Las comparsas de un lado u otro se mueven con el propósito de ofrecer el mejor espectáculo y ganarse adeptos en lo que en esencia es un concurso de popularidad.

Lamentablemente esa es la demanda. No es culpa de los políticos que el pueblo en su mayoría necesite que sus campañas luzcan como orgías carnavalescas sin sustancia, donde el alcohol y los glúteos en una tarima tengan más peso que discursos propositivos o los debates.

Puede que sea la realidad que una parte sustancial de los dominicanos no estemos en capacidad de asimilar una conversación entre dos o más personas sobre políticas de Estado y de hacia donde se nos desea llevar en el futuro, y que por lo tanto lo único que estamos en condiciones de asimilar como mensaje sea la abundancia de romo y muchas nalgas, como perfectos habitantes de un paisito tercermundista que somos.

Eso más que justificaría porque más allá de nuestros carnavales y campañas políticas, similar formato aplicamos a las fiestas religiosas y patrias, quizás con un poco más de solemnidad pero con similares cantidades de alcohol.
Tenemos lo que merecemos, aún en su perenne vacío

Somos el país más feliz de la región dicen encuestas internacionales, imposible no serlo cuando vivimos enamorados de nuestras desgracias, admirando nuestra ignorancia y embriagados en nuestro eterno carnaval. Tenemos lo que merecemos, aún en su perenne vacío, porque es sin lugar a dudas lo que queremos.

El Nacional

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