Opinión

El futuro del PLD

El futuro del PLD

El PLD se enrumba por un sendero que compromete su futuro con la salida de Danilo Medina del poder. Ha optado por gobernar sin pausa, ignorando la posibilidad de volver a la oposición, con lo cual estaría quemando la nave. “Danilo o que entre mar” (valga la parodia de Horacio…), se estaría estampando como lema o propuesta sine qua non. ¿Ocaso de un proyecto político que se degrada?

Los últimos y aciagos días del Partido Dominicano, sustento trujillista de triste recordación, pueden verse recreados en una fuerza lo emule e insista en perpetuarse a costa del Estado y de empobrecer un pueblo. Nunca antes las desigualdades sociales se habían acentuado tanto como ahora. Nada desmiente, asimismo, que la corrupción y la impunidad son, por el momento, su razón de ser.

Incluso funcionarios como Gonzalo Castillo y Peralta, ausentes en los primeros años del PLD y distantes de su esencia ideológica, aceleran con sus acciones el proceso de deterioro moral del que su Comité Político tampoco está exento. Si apartarse de la prédica centrista liberal que le prestigió y allanó el camino al Palacio puede conducirlo a una condena política, su uso abusivo lo lleva a un oprobioso final sin retorno.

Tal vez no vuelvan a repetirse las escenas dantescas de locales saqueados, quemados y destruidos por hordas justicieras, como ocurrió entre 1961 y 62 con el Partido Dominicano. Pero insistir en la maldad y en dar la espalda al pueblo puede costarle su vida política y la inversión de hombres y mujeres que creyeron, fe ciega, en el proyecto de Bosch.

Ya fuera, abrir sus puertas, recomponerse y reconciliarse con la sociedad le va a dar trabajo, para no decir que es improbable. En política nada lo es.

Si el PLD se lanza nueva vez a la aventura de modificar la Constitución, para reelegir a Medina o lo que sea, las marchas convocadas para reclamar justicia contra los corruptos, serán un ejercicio leve delante de las que se darán en repudio un nuevo ultraje a la República.

Lo que esto puede representar para el país, en términos económicos y sociales, nadie lo puede calcular e imaginar ahora. Dios nos libre de que este atropello se repita. El PLD, mientras tanto, debe enderezar sus pasos para preservarse como partido, afuera o adentro. Los escándalos sobre el tapete le dan oportunidad.

El Nacional

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