Opinión

El juez Ortega

El juez Ortega

La designación de Francisco Ortega como juez de instrucción en el caso de sobornos pagados por Odebrecht es una señal alentadora. Recupera la fe en un proceso con sus vaivenes, en el que no faltan dudas y cuestionamientos, con matices e intromisiones políticas nada auspiciosas.

Ortega va a calificar un proceso en el que estarán sentados mansos y cimarrones, esto es, los principales partidos, gobiernistas y opositores. Sabe, desde luego, el papel histórico que le corresponde en un proceso que marca un antes y un después en la política dominicana.

No pecamos de ingenuo cuando apostamos a la honestidad y capacidad de un magistrado que ha escrito una lineal y exitosa historia como periodista, abogado y escritor. Exaltado profesional de la Justicia.
Hemos dado seguimiento a la célebre hoja competitiva de Ortega desde que dirigió la Esquina Joven del periódico Hoy, donde marcó hito, como nobel investigado y como entrevistador. En un par de ocasiones nos hemos ocupado de reseñar, lo que nos da derecho a seguir apostando a él, con los riesgo que ello representa.

Los compromisos sociales no vienen solos. Arrastran intereses que suelen invadir los primeros. Pero los roles históricos se sobreponen, afortunadamente cuando se está consciente de ellos. Y Ortega es, además, un aventajado estudioso de la historia.

Su papel indica un punto de inflexión en que los tonos grises -incluso oscuros-, de este escándalo tienen necesariamente que tornarse en claros y en precisos. Tengo entendido que el fuero y soberanía del juez de instrucción le da la potestad de citar a sospechosos no imputados por el ministerio público. La exclusión es una posibilidad latente, más aun en un escándalo que eliminará la vida política de los implicados.

A decir de las dudas y rumores insistentes, investigar a probables excluidos seria el mayor aporte que espera la sociedad del juez Ortega. ¿Estaría dispuesto a escuchar reclamos o hacer consultas en ese sentido? Esa es la cuestión. Aspecto ponderable que puede hacer la diferencia.

Lo que sí es imponderable es que las disposiciones justíciales incluyen, de entrada, necesarias medidas de cohesión así conservación y recuperación de bienes estafados en manos de los sobornados.
Si la figura del juez Sergio Moro ha sido determinante en el caso Lavajato y el juicio político a Dilma Rousseff así puede ocurrir con Ortega u otro magistrado. Antes que Moro Antonio Di Pietro se casó con la gloria por los 90 en Milano, al encerrar a varios políticos corruptos. Antonio Di Pietro, ex juez italiano, ex fiscal general se hizo famoso por sus investigaciones anticorrupción conocidas popularmente por el nombre de Manos Limpias. Ortega tiene ejemplos y motivos donde encontrar ejemplos e inspiración.

El Nacional

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