¿Qué Pasa?

El lado bueno

El lado bueno

¿Dar lo que no tengo?
“Nadie puede dar lo que no tiene” es una frase muy verdadera que escuché una de estas mañanas, y aunque la había oído de otras personas, esta vez me dejó pensativa.

Y es que recordé a Chabela, una señora que una vez conocí y a quien consolé varias veces cuando la sentía impotente ante la frialdad con que la trataban sus hijos.

Si de algo está segura, es de que ellos la aman mucho, pero, lo demuestran muy poco. Dice que sabe que la quieren, porque aunque han hecho vida independiente, están pendientes de ella y sus mínimas necesidades. La visitan siempre y la cuidan mucho.

Quienes la conocen dirán que miento si la califico de tierna y amorosa, porque si la ves sin tratarla, no será fácil encontrar estas cualidades. Ella me habla y suele agarrarme las manos, como quien necesita el contacto para poder expresarse.

Pero eso lo entendió en su tercera edad. Chabela, como muchos de nuestros padres crió sus hijos, creyendo que los castigos físicos y psicológicos eran el mejor método para “enderezarlos”, pero de repente se vio sola, porque los dos varones, antes de ser adultos, se fueron de la casa. Quedó con la hembra y ésta se casó siendo casi una adolescente, luego se separó de su esposo a los tres meses, regresó a la casa, y un año después se metió nuevamente en pareja y se fue. Así quedó sola.

Chabela me cuenta mientras dibuja una sonrisa amarga, que perdía los estribos y como se dice popularmente les daba “hasta con el cubo del agua”, llegó un momento en que la correa no era suficiente y les pegada lo que tenía más cerca, para luego arrepentirse de su abuso.

Ahora es una mujer entrada en años y muy sola. La he visto bajar la cabeza cuando sus hijos, ya lejos de rencores, la visitan y saludan solo con un golpecito en el hombro.

Es el momento en que ella necesita y anhela un fuerte abrazo, pero ellos no lo dan, simplemente porque nadie les enseñó. Pero tampoco nadie puede culparla, ella cuenta muchas veces que la criaron con puras pelas y lo cierto es que no pudo darle a sus hijos, el cariño que nunca recibió ella de sus padres.

Simplemente no pudo darles el amor que hoy ella quiere que le den y en su edad, resulta cruel. A veces la veo pararse y agarrar entre sus manos la cara de uno de sus hijos y darle un beso que le sale del alma. Talvez está a tiempo y alguno de ellos lo entienda.