Reportajes

El Man construye sueños y realidades
Artesano vive tejiendo para el descanso ajeno y la pesca

<P><STRONG>El Man construye sueños y realidades<BR></STRONG>Artesano vive tejiendo para el descanso ajeno y la pesca</P>

SANTIAGO.  ¡Que placentero es comer un buen pescado o el descanso en una hamaca!, pero nunca nos hemos imaginado cuánto trabajo cuesta a las manos que construyen la  red para ambas cosas.

Pescar y el descanso en  hamaca son tradiciones  de nuestros antepasados que sobreviven al tiempo, a la tecnología y a los mercados globales.

José Román Veras, a quien sus conocidos apodan Man, es un hombre curtido por el sol y el amor al trabajo que lleva 20 años tejiendo para que otros puedan  atrapar peces en ríos, mares y lagunas.

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Estamos acostumbrados a vivir entre delincuentes”

Hay que hacer una red para atrapar los pejes gordos”

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Sus manos tienen el movimiento correcto para hilvanar nylon o cabuya. “Me dedico a esto porque tenía que comprar atarrayas y vi que si me dedicaba a esto yo podía vivir de eso”, dice.

Veras tiene ya una clientela que pide sus productos. No tiene que pagar local, energía eléctrica o servicio telefónico, ni declarar impuestos. Su labor la realiza debajo de unos árboles frondosos en la avenida Antonio Guzmán, por el sector Bella Vista.

Por cada una de las redes que hace gana alrededor de tres mil pesos, pero una de ellas le puede tomar un tiempo de hasta dos semanas.

Tiene una clientela fija que demanda de los trabajos artesanales que realiza y no le falta clientes. Una de sus hamacas puede llegar a costar hasta ochocientos pesos o más, dependiendo del tamaño.

“Ya estoy acostumbrado a esto… la gente me pregunta cómo aguanto el ruído de los vehículos pasando y los vientos, pero no tengo molestias”, afirma alegre y contento.

Veras no tiene hijos y a sus 62 años de edad aún piensa que es posible procrear una familia.

Mientras teje afirma que es trabajoso lo que hace, “pero en hijos yo puedo hacer todos lo que me pidan”.

Aprendió a hacer este oficio en La Joya hace 22 años, y con el tiempo ha ido especializándose cada vez más, aunque aclara que no ha estudiado, “lo que fue un error porque el que estudia tiene asegurada la vida”.

Al Man  no le preocupa la delincuencia porque cree que habría que hacer una red grandota para atrapar a los que él llama “pejes gordos” y agrega que,  “imagínese, nos acostumbramos a vivir así y no podemos asustarnos de todo” .

El disfruta lo que hace y no recuerda haber tenido ninguna anécdota desagradable, “porque yo trato a todo el mundo con respeto”.

Cuando se le pide un consejo para los pescadores que arrastran todo con sus redes Man los invitó a no hacer daño arrastrando las especies pequeñas porque entiende que eso no los beneficia cuando regresen a las aguas.

Aunque se mostró partidario de cuidar el ambiente y proteger las especies marinas, la realidad es que  sus redes provocan daños irreversibles al ecosistema de la zona.

197 MM dólares

genera cada año la artesanía  local e importada, y las ventas de cigarros y ron  a los turistas.

Genera más empleos

En República Dominicana existen 360,000 micro y pequeñas empresas que generan 1,200,000 puestos de trabajo.

Lamentablemente las estadísticas dominicanas respecto al sector artesanal son fragmentarias y limitadas.

Según datos del Banco Central, para el 2002 el consumo de los turistas en compra de regalos (incluyendo artesanías importadas, ropas, souvenir, cigarros, ron y otros productos turísticos) ascendió al 8.5% del total de los ingresos por turismo, es decir, US $197 millones de dólares, monto mayor que lo generado por las exportaciones de café y cacao.

El Nacional

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