Opinión

El ministerio de Indotel

El ministerio de Indotel

El Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones surgió al amparo de la Ley 153-98 como resultado de los planes del entonces presidente Leonel Fernández para que República Dominicana entrara a la Era Digital por lo que fue necesario crear un marco jurídico que incentivara las inversiones extranjeras en el sector de la telefonía, cable y la Internet.

Pero como todo en la vida, logrado los objetivos del país, el Indotel deja de ser necesario y debe dejar de existir para dar paso a una institución de mayor peso, con responsabilidades mayores, capaz de hacer realidad el sueño del presidente Danilo Medina de convertir el país en una República Digital para el año 2020.

Ese papel lo podría desempeñar sin mayores inconvenientes un Ministerio de Tecnología de la Información, que bien podría crearse sobre la actual estructura técnica del Indotel y sería el buque insignia de la próxima gestión del actual mandatario.
Sin embargo, por República Digital tratarse de un proyecto que requiere grandes inversiones económicas e importantes responsabilidades políticas, Danilo no debe bajo ningún argumento poner esa entidad en manos de los opositores del PLD.

No se debe olvidar que los acuerdos electorales son coyunturales y que pasado los procesos, las responsabilidades de alto nivel político deben estar en manos de gente de la confianza del Presidente.

República Digital será “la niña bonita” de la gestión que inicia el 16 de agosto y por tanto no debe haber ningún elemento contaminante en un programa que tendrá que ver con conectividad, inclusión, reforzamiento de sistema educativo y seguridad.
Será una especie de brazo político del mandatario y por tanto debe estar en manos de técnico capacitado en el área y a la vez de un político que haya demostrado lealtad hacia Danilo y su gestión de Gobierno.

En República Digital y el nuevo Ministerio de Tecnología de la Información no hay espacio para improvisaciones y menos para aventuras políticas, con gente que no ha demostrado lealtad siquiera en su propio partido.

El Nacional

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