Opinión

El pacto eléctrico

El pacto eléctrico

Las conversaciones entre los más representativos sectores de la sociedad dominicana para lograr un Pacto Eléctrico los problemas relacionados con la producción, suministro, modernización de plantas y redes y el cobro de la electricidad, ponen de relieve, una vez más, el deseo gubernamental de hacer frente a una crítica situación que se arrastra desde tiempo inmemorial.

El Gobierno dominicano ha presentado un conjunto de propuestas como punto de partida para un diálogo franco y abierto, que contribuya a la solución del problema eléctrico. Se trata, por tanto, al igual que ocurriera con el Pacto Educativo, de un documento para la discusión, no condicionante.

Los que siempre hemos estado preocupados por el llamado “problema eléctrico”, sobre el que hemos escrito constantemente desde hace más de diez años, volvemos a enfatizar sobre algunas sugerencias que nos parece pertinente que se tomen en cuenta. Nosotros creemos que ese Pacto Eléctrico debería incluir como cosa principal la realización de una “auditoría energética” casa por casa, barrio por barrio, en todo el territorio nacional, para saber exactamente cuántos consumidores existen, quienes pagan o no la energía que consumen realmente, cuánto cuesta producirla, a cuánto asciende el consumo y otros detalles que serían utilísimos a la hora de aplicar una estrategia para lograr las metas perseguidas.

Los que sean designados para realizar esa auditoría deberían ser capacitados en los aspectos principales relacionados con el servicio eléctrico, pero además estar acompañados de miembros del Ejército, todos debidamente identificados, para que nadie tenga duda de la seriedad de la investigación.

Estimamos que esa auditoría eléctrica podría durar unos dos años, que es casi igual al tiempo previsto para que entre en funcionamiento la planta a carbón que se instala en Baní, que tampoco será la panacea, pues la materia prima que utilizará, igual que el petróleo, es importado.

Simultáneamente, el Gobierno debería pensar y poner en práctica lo que tantas veces hemos repetido: la construcción de pequeñas presas en aquellos lugares propicios, para ir desconectando del sistema a aquellas comunidades donde estarán en funcionamiento dichas obras.

Nuestro país tiene una excelente orografía que permite la construcción de cientos, quizás miles, de pequeñas obras hidráulicas, pero además cuenta con lugares propicios para explotar la energía eólica. En ambos casos, eso nos liberaría un poco del consumo petrolero.

Sin embargo, consideramos que en vista de que el Pacto Eléctrico será una realidad, insistimos en la necesidad de la auditoría eléctrica, única forma de saber lo que realmente tenemos y lo que se necesita.

El Nacional

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