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EL PADRE DE LA CIUDAD

EL PADRE DE LA CIUDAD

El creador de espacios urbanos

La ya valiosa tradición de algunas (pocas por cierto) corporaciones empresariales de editar un gran libro de arte como regalo de fin de año, se ha transformado, en un hito cultural referencial.

En este final de 2015, Vicini editó Mar Vivo (Guillermo Ricard), el más actualizado visual narrativo sobre el estado de nuestros fondos marinos y la Refinería Dominicana de Petróleo, presentó sus antologías de Poesía Social y Amorosa (Angela Hernández/Tomos I y II), un aporte de enfoque antológico de precedentes escasamente conocidos.
El BDP

En esa línea editorial se inscribe el Banco Popular Dominicano, – el de mayor trayectoria en este enfoque editorial de fin de año- que ha presentado Trazos en el mar: Guillermo González, Arquitecto de la modernidad dominicana, (Gustavo Luis Moré).

El libro de arte, presentado por Manuel A. Grullón, quien indica que con el libro se rescata el valor simbólico de la arquitectura.
Lo cierto es que el libro de Moré se constituye en el mayor acto de justicia que se haya hecho para reconocer la obra de creación de espacios de uso urbano (y algunos de ambiente rural) de Guillermo González.

Investigación

Moré compiló durante años información sobre Guillermo González, cuya obra conoció en las aulas universitarias e incrementó esa búsqueda cuando en 1982 fue demolido, para dar paso a una edificación post-moderna , ajustada a los cánones del la hotelería industrial urbana.

Ese paso, que borró uno de los edificios de mayor valor espacial, resultó en uno de los debates más importantes de los años ochentas, sobre la preservación del patrimonio arquitectónico fundamental de la ciudad.

En 1981, cuando se planteó la demolición el Grupo Nueva Arquitectura, en que participaban como sus líderes el hoy fenecido Emilio Brea, (especializado en la historia y la crítica de la arquitectura y gestor de grandes luchas por la preservación patrimonial de la ciudad), Omar Rancier y el autor de este proyecto, Moré, se develó por vez primera a las generaciones de ese momento, la trascendencia de Guillermo González.

En el libro Trazos en el Mar, se establece una panorámica fotográfica y de documentos y enfoques, que deja ver cuán trascendente fue la obra de este hombre, a quien la formación académica le resultó ser la diferencia entre la normalidad profesional y la inmortalidad.