Opinión

El perdón

El perdón

Es Jueves Santo. No soy tonto. Comprendo que dadas las circunstancias de la fecha no es prudente que trate temas de nuestra vida política. Me harían poco caso, tanto los que están en recogimiento espiritual como aquellos (muchos más) que andan en vacaciones o en francachela

Trataré sobre el perdón. Lo haré con sinceridad, y aprovecharé para pedirlo a una familia que se niega a dármelo.

Es verdad, más cierto que el monumento de Santiago o el faro al hombre aquel: quien más gana es el que perdona, siempre y cuando sea un acto sincero, honesto, cargado de amor. La razón de nuestro existir está dada por nuestra relación con los que nos rodean y es un verdadero infierno, un calvario cuando con alguno de ellos existe una barrera marcada por la indiferencia, el rechazo, el aborrecimiento o el odio. Difícilmente un alma buena pueda vivir en paz con sentimientos de ese tipo a su alrededor, por lo que eliminarlos es un gran paso hacia nuestra propia felicidad.

Excepto aquellos casos de personas con trastornos de la realidad, que no entienden lo que es llevar una relación sana y se escudan en el rechazo, en el odio, y muchas veces nos piden una adhesión ciega, sin sentido, ahí no encaja el perdón. No nos será aceptado y solo nos queda sacar el rencor de nuestro corazón y así liberarnos. De eso estaré despojándome de la familia a la que aprecio, y con quienes establecí relaciones de afecto al casarme con una de sus integrantes y se me culpa de los trastornos que la separación causó en ella. Lo haré en la misa del padre Pancho en Hatico Mao este jueves a las 7:30 de la noche, a las 9 de la noche del sábado en la iglesia del padre Regino en Dajabón y a las 9 de la mañana en la parroquia del padre Rogelio en La Vega.

Pedir perdón a esta familia y pedir al altísimo para que esta perdone al que ahora escribe “Cuando sea presidente”.

El Nacional

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