Opinión

El poder de la TV

El poder de la TV

Hacía tiempo que no veía una película que describiera genialmente el ejercicio político del poder, especialmente el impacto que tiene en la figura del presidente de una nación cuando no asume responsablemente una actitud ante el cumplimiento de la ley.

 En Frost Nixon, la película que recoge las 28 horas de grabación de la entrevista que le hizo el  inglés David Frost al ex presidente Richard Nixon, tres años después de haber renunciado a la presidencia de Estados Unidos, tras el escándalo de Watergate, se vive esta cruda realidad de la política y el poder. Desde otra perspectiva, es un reflejo del poder de la televisión.

Confieso que he leído varias veces las memorias de Nixon titulada “In the Arena, A memoir of victory, defeat and renewal”. Pero, en las mismas, no se relata lo que sucedió antes, durante y después de la entrevista a Frost. La película lo hace excelentemente, bajo la dirección de Ron Howard, con actuaciones brillantes de Michael Sheen, quien hace el papel de David Frost, y de Frank Langella, quien hace el rol de Nixon.

No fue fácil para Frost prepararse, dado que nunca había hecho entrevistas de esta naturaleza. Él era un conductor de “shows”, y fue  por eso, que Nixon aceptó, no sin antes exigir una cuantiosa suma de dinero. Frost se asesoró de dos destacados periodistas e investigadores, y de un amigo productor. Tuvo poco respaldo en el patrocinio.

Es interesante ver cómo, para 1977, se producía un programa de televisión, sin las innovaciones tecnológicas del Siglo 21. Era el mundo análogo, muchas notas, los archivos y documentos había que guardarlos en cajas fuertes,  no había micrófonos inalámbricos, ni salas de edición como las de ahora. Ver a Nixon, con su pañuelo, en la mano,  y le observa al conductor que no quería que se viera, luego de la edición, él quitándose el sudor.

Nixon tenía a  su cuerpo de asesores, conocidos todos en la política norteamericana. Por ejemplo, yo desconocía que Diane Sawyer, excelente periodista de varias cadenas, era parte del staff de Nixon. Nunca Nixon y Frost discutieron el guión, aunque sí hubo  acuerdo firmado, pero cuando se sentaron,  Nixon no sabía las preguntas.

Fue en esta entrevista que Nixon pronunció su nefasta declaración de que todo lo que un Presidente decidiera, era legal, y fue aquí, cuando, luego de ser presionado por Frost, admitió que había defraudado al pueblo americano. La película recoge  estos detalles, y probablemente, se apreciará el poder de la televisión, al ver en primer plano, la cara de Nixon devastada, después de esta admisión. Es el poder de la televisión, la cual logró lo que Nixon se habia negado a hacer ante jueces y abogados, gracias a la audacia de un conductor, que, como Frost, sabía que tenía que buscar el momento oportuno para obtener este resultado.

Frost, que no recibió el respaldo de los patrocinadores, dio una  lección. La entrevista, que fue transmitida en mayo de 1977 fue un éxito en los ratings. Una lección de persistencia.

Para quienes les guste el cine,  y, claro, la política, es una película que debe verse.

El Nacional

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