Opinión

El poder y la prensa

El poder  y la prensa

Los ochos años de prisión a que fue sentenciado el expresidente de Perú, Alberto Fujimori, por utilizar recursos públicos para pagar campañas periodísticas contra sus rivales políticos vuelve a poner sobre el tapete la relación entre el poder y la prensa. Aun sobre la base de realidades específicas y no de generalidades es mucho lo que se puede teorizar para concluir en lo elemental: los roles que deben desempeñar cada uno. Que la prensa no es todo lo libre e independiente que se quiera, es una cosa, y la corrupción es otra. De todas formas, lo que parece una buena respuesta al conflicto la ofrece el periodista y escritor argentino Jorge Fernández Díaz en una entrevista con el diario El País, de España, a propósito de su novela “El puñal”.

“En el caso de la Argentina -dice- los periodistas pueden publicar apenas el 10% de lo que saben”. Y eso ocurre porque solo se puede publicar lo que se puede probar, lo cual no es exclusivo de su país, sino de todos. Con la salvedad de que en algunos no se publica ni siquiera lo que se puede probar por esa relación tan funesta entre la prensa y el poder. Para un profesional no se trata, sin embargo, de una limitante. Es desde ahí –señala Fernández Díaz- donde el periodismo tiene un sano límite, porque desde esa frontera la literatura permite dar un paso más allá y contar lo inenarrable. “Muchas veces”, concluye, “se da la paradoja de que solo desde la ficción se puede contar la realidad”. Es lo que él ha hecho con su novela.

Y en respuesta a una pregunta sobre un capítulo titulado “La reina del peronismo caviar”, Fernández Díaz, quien es subdirector y columnista de La Nación, señala: “El peronismo se transformó en lo que combatía: una oligarquía estatal, una casta que no se va del Estado ni de los negocios. Vino a combatir la cultura rancia de los ricos y casi todos sus dirigentes se convirtieron en millonarios. Muy pocos pueden explicar su fortuna. Son un partido único: pueden adoptar distintas políticas porque carecen de otra ideología que no sea la retención del poder. Muchas veces el peronismo pudo convertirse en un partido interesante. Pero como ciertas mujeres que se enamoran de los hombres equivocados, cada vez que debió pronunciarse lo hizo por líderes mediocres, autoritarios o tóxicos”.

 

Con la paradoja que cita Fernández Díaz de que muchas veces de la ficción se puede contar la realidad, la literatura es un medio –y en verdad siempre lo ha sido- para narrar lo que hoy las circunstancias obligan a callar. Antes de “El puñal”, que describe un aspecto de la vida política y social de Argentina, los ejemplos abundaban al por mayor y detalle. Y en cuanto a la corrupción como arma para blindar el ejercicio del poder tenemos una Justicia cada vez más obligada por la sociedad civil y las fuerzas sociales a actuar contra delitos como los cometidos por el expresidente peruano.

El Nacional

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