Opinión

El PRD como negocio

El PRD como negocio

El que fuera el partido más democrático del país, ahora es el más antidemocrático y se  sitúa cada vez más a la derecha.

El PRD ya no es el partido del pueblo; ahora es el partido de un grupo de empresarios y comerciantes que busca, más que cualquier otra cosa, rentabilidad para sus negocios. En el libro de Alejandro Nieto, “El desgobierno de lo público” leemos: “La política se ha convertido en un negocio y los partidos compiten en un mercado inspirado en el lucro personal y apoyado por la corrupción más descarnada. Lo público se ha disuelto en una gestión privada desgobernada en cuanto a los intereses sociales y colectivos pero muy rentable para los gestores.”

Los partidos (PRD, PLD, PRSC), han sido asaltados por individuos dedicados a los negocios; gente que ha convertido al Estado en le principal fuente de enriquecimiento.

Nosotros, los que pagamos impuestos y tenemos militancia,  hemos contribuido a enriquecer a esos señores “dirigentes políticos” y “empresarios” que en muchos casos se convierten en un mismo ser social.

El PLD hace tiempo que se convirtió en una gran empresa.  El origen de las fortunas que exhiben esos dirigentes, ahora funcionarios públicos, dirigentes políticos y empresarios, está en el Estado. Mientras ellos acumularon inmensas fortunas que pocos cuestionan, la gente, se ha empobrecido.  El Estado es el gran negocio. El más lucrativo. El partido es el instrumento, la vía.  El Código procesal penal, como dice Alejandro Nieto, no tipifica ese delito. Lo que ocurrió con el PLD hace tiempo que sucedió con el PRSC. Lo propició Joaquín Balaguer, que hizo de la corrupción una manera de perpetuarse en el poder. El PRD era el único de los partidos del sistema que no se había convertido en empresa. El liderazgo de Peña Gómez lo  había impedido.  Sin embargo,  se incubaba el  monstruo que ahora parece devorar al PRD. Y se convierte también en empresa.

Para que el presidente  vaya “cómodo” en sus proyectos, los funcionarios deben ser de su  confianza. Socios y  empleados. Por eso Guido Gómez Mazara, César Sánchez, Yadira Henríquez y otros no pueden ser dirigentes nacionales importantes. Síndicos, regidores, diputados y senadores tienen que responder a los intereses de dueño de la empresa. El PRD ya no es un partido político, es una empresa. Es un negocio.

El Nacional

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