Cuando Matías Ramón Mella soltó el trabucazo en la Puerta de la Misericordia, la noche el 27 de febrero de 1844, lo que selló la Independencia Nacional, tanto él como los demás Padres de la Patria: Juan Pablo Duarte y Francisco del Rosario Sánchez, tenían menos de 30 años de edad.
De igual manera, cuando Jesús de Nazaret, el hijo de Dios, fue crucificado en la cruz por el perdón de nuestros pecados, apenas contaba con 33 años de edad.
Por mucho tiempo se había aceptado universalmente que una persona entraba a la segunda edad que aún era joven- a los 36 años y que a partir de los 56 o 57 era que ya se consideraba vieja.
Un reciente reporte de este prestigioso periódico, da cuenta de que, según un estudio, en lo adelante la denominada segunda edad empieza a los 57 años y que una persona se considera vieja a partir de los 69 anos.
A pesar de la juventud, todos y todas sabemos de la madurez de Jesucristo, Duarte, Mella y Sánchez.
El Partido Revolucionario Dominicano (PRD), fundado el 21 de enero de 1939, ya cuenta con 73 años, es decir que es adulto demás. Sin embargo, todavía no ha madurado.
Sus actos en la vida pública nacional dan mucho de qué hablar. No salen de una rebatiña interna y montan espectáculos dondequiera, hasta fuera del país, como ocurrió recientemente en Nueva York, a propósito de la reciente visita a Estados Unidos del presidente de esa entidad, ingeniero Miguel Vargas Maldonado.
El partido del jacho prendido está prácticamente dividido y al parecer no hay solución a la vista, y en el corto plazo, a los pleitos internos entre los sectores de Vargas y del ex presidente Hipólito Mejía.
Las negativas acciones de los gobiernos del PRD y su actitud de inmadurez, entre otros factores, han garantizado que el oficialista Partido de la Libración Dominicana (PLD) le haya propinado cinco derrotas electorales consecutivas. Y desde ya se vislumbra una sexta pela.
