Opinión

El presidente de la JCE

El presidente de la JCE

El presidente de la Junta Central Electoral, Julio César Castaños Guzmán, desaprobó recientemente la supuesta campaña proselitista que realizan partidos que no especificó, pero contradictoriamente agregó que el quinteto que él encabeza está en disposición de organizar y arbitrar las primarias de las entidades políticas.

Las palabras del presidente de la JCE ameritan lectura adecuada y ofrecer la respuesta pertinente en cada caso.

El único que una vez se juramentó para su segundo período presidencial e inmediatamente inició su campaña electoral fue Danilo Medina, pero por razones implícitas el jefe de Estado está exonerado de culpa, la advertencia va dirigida a los líderes del Partido Revolucionario Moderno, los cuales luchan por encabezar su boleta y, sin darse cuenta, dinamizan a esa organización opositora.

(Mientras Danilo Medina y el PLD lucen a la defensiva por las acusaciones de corrupción que hace la Marcha Verde, el PRM está solo en la cancha y las encuestas, que el gobierno ha dejado de publicar, parece que revelan datos desfavorables y llevan al órgano electoral, de mayoría peledeísta, a pretender la imposición de medidas arbitrarias).

Sin embargo, la JCE no puede coartar derechos constitucionales de ningún dominicano, como son libertad de tránsito y de reunión (ver artículos 46 y 48 de la carta magna), mucho menos haciendo uso de recursos económicos propios, no del Estado dominicano como se hace en los recorridos del primer mandatario y de todos los funcionarios públicos.

Más que un presidente de la JCE Castaños Guzmán da muestras, con sus hechos, de ser un “muchacho de mandado” del PLD y del gobierno al ofrecerse para el montaje de las primarias de los partidos. Si el PRM acepta esa propuesta le van a imponer a Hipólito Mejía, candidato preferido por el oficialismo, consciente de que es un “cohete explotado”, que no gana, no aglutina la oposición y el voto se dispersa.

La JCE estaría reeditando lo que en el pasado el Tribunal Superior Electoral le hizo al propio PRM, al cual le impuso a Fello como candidato a síndico, también consciente de que no iba para ninguna parte.

Cada palabra de Castaños Guzmán tiene que ser sometida a riguroso estudio, porque este caballero “enseñó el refajo” temprano, al responderle de manera irrespetuosa a un grupo de intelectuales que, en ejercicio a su derecho a expresión, pidió la renuncia del presidente Medina. Castaños Dijo que hasta una maldición le caería a esos intelectuales.

El Nacional

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