Opinión

El pretexto de Capriles

El pretexto de Capriles

Henrique Capriles, líder de la oposición política venezolana, aseguró recientemente que no es homosexual. Es un solterón de 41 años al que nunca se le ha conocido novias, conducta que él justifica a su agotadora agenda de trabajos políticos. “Si fuera gay lo asumiera con orgullo”, ha reiterado ante las acusaciones.

No soy dado a abordar aspectos privados de las personas, por tratarse de un comportamiento periodístico que regularmente se inscribe en la sección farandulera. Pero Capriles es político y el pretexto a su estado civil también es “político”.

No tengo elementos probatorios en torno a su real preferencia sexual. Y me daría lo mismo su inclinación. Sea cual sea, no me importa. Pero en cualquier país del mundo una situación similar de soltería genera especulaciones.

Además, hacer descansar su soltería en el exceso de trabajo es un pretexto muy pobre. De ser así el grueso de los miembros de la clase política se hallara en el estado de Capriles, pero el balance indica que la mayoría, tanto en Venezuela como en todo Latinoamérica, tiene pareja. El tiempo alcanza o no alcanza dependiendo de las prioridades de la persona.

Se desprende, pues, que tener una pareja femenina no está dentro de sus prioridades. Y de ser lo contrario  –tener una pareja masculina   –podría tener un costo político muy alto, al punto que, posiblemente, quedaría descartado como opción para la próxima contienda comicial venezolana.

Nuestros pueblos se superan cada día en término cultural y los prejuicios en contra de homosexuales y lesbianas se han venido reduciendo considerablemente. En muchos países se admite, inclusive, el matrimonio en personas de un mismo sexo. Y en aquellos donde no está permitido, por lo menos se respeta su preferencia sexual.

Pero una cosa es respetar sus derechos (inclusive aprobar su enlace matrimonial) y otra es ser elegidos para la conducción de naciones. La gran  mayoría de los electores de los países del mundo, todavía, no está en condiciones culturales para la escogencia de un homosexual o una lesbiana para la presidencia. Y eso lo sabe Capriles, indistintamente de su eventual condición.

El Nacional

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