Hubo varios amigos que me hicieron pensar sobre la afirmación del ex-presidente Leonel Fernández en cuanto a que el licenciado Danilo Medina serìa el dictador del siglo 21 de Repùblica Dominicana.
Con profunda pena, debo admitir que el presidente del Partido de la Liberaciòn Dominicana (PLD) se ha convertido en un profeta al que no le prestamos la debida atenciòn.
Digo esto porque, a pesar de darnos la voz de alerta, no tomamos las medidas cautelares suficientes para impedir que el primer mandatario de la naciòn se saliera con las suyas y lograra reelegirse el pasado dìa 15 en base al màs grande fraude de los ùltimos tiempos.
Està altamente demostrado que el primer mandatario de la naciòn camina con pasos firmes para ganarse ese deshonroso tìtulo.
Fuimos muchos los que no hicimos caso al doctor Fernàndez y ahora la terrible realidad nos da en la cara.
Hago esta categòrica afirmaciòn porque los hechos son los que màs confirman los sentimientos de los seres humanos.
Nada màs hay que irse a la modalidad de fraude utilizada por Medina y su equipo para impedir que la voz popular del pueblo se manifestara en las urnas.
El (como lo hizo al modificar la Constituciòn) no tuvo los màs mìnimos escrùpulos para orquestar una masiva compra de cèdulas y fue el jefe del coro que montò un imperceptible dislocamiento y adjudicamiento a su favor de los votos que iban para los partidos de la oposiciòn, cosa que no hace una persona que se llame defensora de la democracia.
Asimismo, es inocultable que -en combinaciòn con el presidente de la Junta Central Electoral (JCE)- fue quien directamente impide que los opositores ejerzan su derecho al reclamo y la protesta, enviando a que los guardias y policìas repriman a quienes luchan porque tal cosa no prospere.
Lo que actualmente pasa en diversos pueblos es apenas un avance de la caracterìstica represiva que normarà la pròxima gestiòn del reeelecto presidente Medina.
Danilo prometiò hacer un supuesto Gobierno de Unidad Nacional y que no perseguirìa a sus enemigos. No lo creo.
