Opinión

El riesgo continuista

El riesgo continuista

El reciente y breve discurso del presidente Medina, honestamente, nos pareció incompleto, carente de fuerza y anti-histórico, al defender un principio reeleccionista que antes había rechazado. Su posición quedará para la Historia igualita que la del ex presidente Mejía, quien después de sostener los principios del PRD contra la reelección, modificó en 2002 la Constitución para tratar de quedarse en el Poder. Y perdió las elecciones.

El riesgo de ahora es el mismo de entonces, a pesar de las alianzas con un dirigente políticamente pulverizado y con otro partido que solo ha servido como bisagra para llevar a otros al Poder, desde la muerte de su líder, pero que está más disminuido que nunca. El PRM, que es un desprendimiento del PRD, no hay un Peña Gómez, es cierto, tiene a un Luis Abinader con un discurso contundente, nuevo y prometedor, y quien no tiene cola que le pisen.

El presidente justificó su cambio de opinión al decir que el debate sobre la reelección repercutió en el Congreso donde fue respaldada “por la abrumadora mayoría de nuestro pueblo”. No lo sabemos, pero creemos que en el fondo de su corazón el presidente sabe que eso no es cierto, porque los señores legisladores de ese conglomerado no fueron electos por la Asamblea Constituyente, única que les daría legitimidad popular, sino por partidos representativos de intereses económicos y partidarios, no siempre de la mejor especie.

El presidente sabe lo dañina que siempre ha sido la reelección. Sería sobreabundar citando caso por caso, pero siempre la repetición en el cargo ha dado lugar a tiranías y gobiernos indeseables. La reelección ha sido fuente de corrupción, pues los funcionarios que se enganchan a ella siempre han hecho uso indebido de los recursos del Estado para promoverla.

El presidente dice que necesita cuatro años más para hacer los cambios que requiere el país. ¿Cómo creer esto, si en cuatro años no ha podido sanear la Justicia, salir de funcionarios que son cuestionados en su conducta y sin desembarazarse del llamado Comité Político de su partido, que es una camisa de fuerza?

¿Cómo creer que el problema eléctrico se va a resolver con una planta a carbón en Baní, que usará un combustible que no producimos, que además contaminará el medio ambiente?

Si en cuatro años no ha podido construir las presas de Monte Grande y la de Madrigal, para dotar de agua al suroeste y a la capital, ¿cómo podríamos pensar que ahora sí podrá iniciar esos proyectos?

En ese discurso hay mucha tela por dónde contar, pero el espacio no nos alcanza..

El Nacional

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