Opinión

El sida y Haití

El sida y Haití

Hugo A. Ysalguez

Por falta de educación y controles sanitarios, la terrible enfermedad del Sida, se ha convertido en una epidemia en Haití, dejando graves secuelas en el país, a consecuencia de la masiva inmigración de haitianos que entran todos los días por la frontera a nuestro territorio, con la indiferencia y la complacencia de las autoridades dominicanas, qué prestan oídos sordos a los reclamos para que lograr un freno a esa situación.

De acuerdo con el doctor Víctor Terrero, director ejecutivo del Consejo Nacional para el VIH y Sida, el gobierno dominicano gasta 70 millones de pesos anuales en haitianos ilegales que paren del quebranto, un gasto significativo que escapa a lo que invierte el Ministerio de Salud a través de los hospitales públicos, en desmedro del servicio que deben recibir nuestros compatriotas.
Según cifras oficiales, la República Dominicana tiene un presupuesto en medicamentos antirretrovirales de 600 millones de pesos al año, una suma importante de esa cantidad la consume la población haitiana con padecimientos de Sida, pues hay una prevalencia importante entre obreros de la construcción que se sitúa por encima de un 7 por ciento, mientras que el porcentaje se eleva entre las prostitutas haitianas, alcanzando alrededor de un diez por ciento .

Las autoridades de Salud Pública no han podido cuantificar en cifras reales, los haitianos enfermos que entran por la frontera, principalmente de las mujeres embarazadas, que vienen a buscar medicamentos para tratar sus dolencias, y luego se retiran, aunque la mayoría opta por asentarse aquí, violando la ley de Migración, norma que solo tiene ámbito de aplicación cuando se trata de delincuentes internacionales.

Un 20 por ciento del presupuesto de Salud Pública se gasta en los haitianos indocumentados que requieren asistencia médica, y una cifra parecida se invierte en educación. Decía un chusco que la Ley de Presupuesto de cada año, debe dividirse en dos partes: una asignación para los dominicanos y otra para los haitianos.

Realmente, el gobierno central ignora la gravedad del problema, dado que por la frontera no solo entran indocumentados, sino gran cantidad de armas, mucha droga, múltiples y variadas enfermedades contagiosas, algunas de ellas letales, que amenazan la salud de nuestros habitantes.

Solamente África supera los índices de sida existentes en Haití, donde existen una decena de enfermedades endémicas, nacidas del hacinamiento y la promiscuidad que reina allí, por la irresponsabilidad y la falta de voluntad política de quienes han desgobernado ese país en perjuicio de su pueblo.

Los errores de los políticos haitianos en la conducción de su Estado, ya colapsado, no pueden asumirlos los dominicanos, cargados de problemas no resueltos, y con poca esperanza de lograr salir de los límites de la pobreza extrema.

El Nacional

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