Desde que entró en vigencia la disposición que obliga el etiquetado en español de los productos importados que se ofertan en el mercado local, la población sintió un gran alivio porque por años estamos consumiendo alimentos y bebidas de los que no conocemos su composición.

Esta decisión además de contribuir con la salud de la gente, sin dudas ayudará a mejorar el aparato productivo nacional, especialmente la parte relacionada con la leche y sus derivados.

Si bien es cierto que la mayoría de los consumidores dominicanos no tiene acceso a productos considerados premiun, el etiquetado debe ser para todos los artículos e incluso para aquellos que no son propiamente alimentos.

La medida anunciada por Proconsumidor, no pudo hacerse sin contar con la anuencia del Palacio de Gobierno, ya que tiene el doble interés de proteger a los consumidores y al mismo tiempo a los productores de leche, quesos, yogourt y mantequilla.

Etiquetar productos importados ayuda a los productores nacionales
Y como es lógico toda medida de esa naturaleza toca fibras sensibles de sectores de la economía dedicados a las importaciones, quien han advertido que la disposición puede provocar un desabastecimiento en el mercado local, lo cual no es cierto desde ningún punto de vista sensato.

Lo que ocurre es que es mucho más fácil comprar en la mañana y vender en la tarde con pingües beneficios, que disponerse a realizar inversiones a largo plazo.

Sin embargo, lo que al país conviene es incentivar la producción local que genera empleos e induce a la juventud al trabajo y a la población al consumo de lo nuestro.

Además de que aún persisten los subsidios a los productores de lácteos en Estados Unidos y Europa
De modo que el etiquetado debe mantenerse como garantía de que la población sepa lo que come o bebe cuando adquiere productos importados.