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Elección de Bosch  enojó dirigentes conservadores

Elección de Bosch  enojó dirigentes conservadores

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El profesor Juan Bosch llegó tarde a la escena política dominicana, pero esta circunstancia no impidió que fuera elegido presidente en las elecciones del 20 de diciembre de 1962, tras la caída de la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo.

Había arribado del exilio en octubre de 1961 tras 23 años de ausencia y dedicó sus esfuerzos a impulsar en el país el desarrollo del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que había fundado en 1939 en La Habana, junto a otros líderes.

La llegada de Bosch al poder creó enojo en muchos dirigentes dominicanos, que sufrieron los rigores de la represión de la tiranía mientras él se encontraba en el exilio. Estos líderes, en su mayoría de tendencia conservadora, se sintieron desplazados y se creían con derechos propios por su participación en la lucha contra Trujillo en el frente local.

Pasado el proceso electoral, algunos se resignaron, pero otros no.

Un memorando de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de fecha 21 de febrero de 1963, da cuenta  que “Imbert (Antonio) ya ha dado indicios de su intención de utilizar a la Policía para destituir a Bosch si consideraba necesario hacerlo”.

De acuerdo a la agencia de inteligencia estadounidense los jefes militares también habían expresado preocupación creciente en relación al papel de  Imbert y Luis Amiama Tió “en el rápido crecimiento de la fuerza nacional policiaca y en relación con los esfuerzos de la misma para adquirir armas de una variedad más propiamente asociada con la misión de las Fuerzas Armadas”.

La CIA dice: “A pesar de las quejas de los militares, las que probablemente formularán a Bosch cuando éste entre en funciones, Imbert, especialmente, no parece estar listo a renunciar al poder que ha obtenido como miembro del régimen saliente”. Obviamente, se refiere al Consejo de Estado, del cual Imbert y Amiama Tió fueron miembros.

Bosch asumió el poder el 27 febrero de 1963 en medio de efervescencia popular por haber obtenido una victoria con el 58% de los votos y con un aparente respaldo de Estados Unidos para su mandado. El entonces vicepresidente de ese país,  Lyndon B. Jonson, asistió a su juramentación.

Había pasado la mayor parte de su tiempo político en el exilio como profesor y escritor. También participó activamente en conspiraciones contra de dictaduras en el Caribe. Sus actitudes políticas estaban condicionadas por este fondo de experiencia.

Bosch se había preparado para funcionar como un protagonista elocuente, pero no como un administrador eficiente en asuntos públicos, o como un político hábil en el alojamiento de diversos intereses políticos.

Era un revolucionario contra el orden tradicional de la sociedad caribeña. Se consideraba, con razón, que él tenía un mandato popular para realizar transformaciones profundas.

Pese a que Bosch confiaba en que tenía un mandato popular para llevar a cabo una transformación radical de las condiciones políticas, económicas y sociales del país, las perspectivas se tornaban desalentadoras cada día.

Los problemas políticos se exacerbaban y no se vislumbraban soluciones fáciles ni caminos seguros.

Estaba consciente de su debilidad en el plano militar y aunque subestimaba a la derecha, representada en el partido Unión Cívica Nacional (UCN), al que había derrotado en las pasadas elecciones de diciembre, y se encontraba en disputas internas entre las alas liberal y conservadora, sabía que sin el apoyo de Estados Unidos no podría llevar a cabo sus propósitos.

Creía que la amenaza inmediata principal para el logro de su misión era la constante posibilidad de un golpe reaccionario.

Nunca tuvo temor de que las actividades de los partidos comunistas pusieran en riesgo la seguridad de su gobierno y al contrario era considerado como tolerante con las actividades de agitación y organizativas de ese sector.

Bosch consideraba, según reportes de la CIA, que tomar medidas enérgicas contra dichas actividades solamente provocaría una campaña de terrorismo urbano y resistencia guerrillera similar a Venezuela en la década del 60, lo cual entendía obstaculizaba sus propósitos constructivos. El mandatario no veía de buena gana las sugerencias de Estados Unidos con relación a su política respecto a las actividades de los izquierdistas.

A pesar del temor de que fuera tildado de marioneta de Estados Unidos, Bosch, de acuerdo a la CIA, entendía que la seguridad de su régimen dependía en última instancia del apoyo continuo de Washington, particularmente en la forma de restringir a los militares.

UN APUNTE

Viaje al extranjero

Luego de su elección como presidente el 20 de diciembre, el profesor Juan Bosch realizó un  viaje  de dos meses, que lo llevó a Europa y Estados Unidos.

El Nacional

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