Este próximo martes 8 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones presidenciales número 58, para elegir un nuevo presidente y vicepresidente de los Estados Unidos de Norteamérica. Luego de una intensa y reñida campaña entre los nominados, Hillary Clinton por el Partido Demócrata y Donald Trump por el Partido Republicano, batalla como nunca antes vista en esa gran nación, ya a pocas horas el pueblo norteamericano se abocará a su decisión final y soberana, en la se impondrá si se continua con la política y logros alcanzados por el actual presidente demócrata, Barack Obama o se decide por una opción fuera de los políticos tradicionales y que promete cambios radicales y profundos de toda la estructura política y económica de esa nación.
Los resultados de las elecciones de ese importante país, siempre influyen en los países del resto del mundo y sobre todo en el nuestro, ya que de ellas dependerán decisiones transcendentales en temas de comercio, migración, políticas económicas, seguridad, política exterior, etc., que tendrían repercusiones sobre nuestros pueblos.
Dice el adagio que cuando Estados Unidos le da gripe a nosotros nos da pulmonía, y cuando la economía estadounidense crece un 1%, aquí crecemos un 1.7%, y más si tomamos en cuenta la gran cantidad de dominicanos que vive en esa nación, con más de un millón y medio de compatriotas que envían sus remesas a familiares en el país, lo que es una de las más importantes fuentes de divisas de nuestra economía.
Que de estas elecciones resulte, quien mejor garantice el bienestar de esa nación, porque si ellos están bien, nosotros también y viceversa.
Cuando fui canciller tuve el privilegio, junto con mi esposa Gisela, de conocer a la Sra. Hillary Clinton personalmente, a la sazón primera dama, y captar su carisma y preparación, y no tuvimos la menor duda de que podía ser elegida la primera mujer presidente de los Estados Unidos, todo un desafio para las mujeres del mundo.
Por otra parte, cuando fuimos jefe de Misión de la Republica Dominicana ante las Naciones Unidas en New York, hablar de Donald Trump era toda una referencia en esa gran urbe, y se le veía como símbolo de eficiencia y éxito, por su impresionante trayectoria como empresario.
Estas elecciones serán sin lugar a dudas de las más cerradas en la historia política de Estados Unidos y las últimas encuestas así lo muestran, y al final ganará el que goce de las simpatías y el voto mayoritario del pueblo que es el soberano, y sin olvidar más que nada el que la providencia permita. Como político dominicano comprometido con el sistema democrático, esperamos que estas elecciones del martes próximo sean una fiesta de la democracia para ese hermano país y para el todo mundo. Hasta el próximo jueves.
