Después de las elecciones locales, nada enciende más la pasión política de los dominicanos que las elecciones presidenciales estadounidenses de las que discutimos como si estuviéramos convocados a votar, y las razones lucen obvias:
1-Un millón 800 mil dominicanos residen en ese país y remesan sobre los 4 mil 600 millones de dólares todos los años.
2-Estados Unidos es el primer socio comercial de RD en dos vías: primer destino de las exportaciones del país y principal origen de sus importaciones, aunque la balanza sea deficitaria. Menos de cinco mil millones de exportaciones contra más de siete mil de importaciones.
3-Estados Unidos es la principal procedencia de los turistas que visitan el país, aportando sobre un 40% del total.
4-Lo otro que apasiona tanto a los dominicanos como la política es la pelota, y una que le gusta tanto a más que la suya es la de grandes ligas en los Estados Unidos, y en esa desde 1995 hay una constante: después de los propios Estados Unidos, el país con más peloteros es la República Dominicana.
5-El principal destino de los dominicanos que viajan es Estados Unidos, y esa sociedad la que traza en la nuestra pauta de modas, hábitos de consumos y marcas.
Por una cultura política en la que el discurso de izquierda de mueve con mayor aceptación, los dominicanos siempre han mostrado mayor identidad con los aspirantes demócratas, aunque paradójicamente el país haya recibido los peores agravios en gobiernos demócratas: dos invasiones de marines, reconocimiento de un gobierno inconstitucional, apoyo a un golpe de Estado y despojo del visado diplomático a un funcionario público por apegarse a la defensa de las leyes, la Constitución y la soberanía de su país.
Esta vez la pasión demócrata nos ha llevado tan lejos que la vicepresidenta de la República perdió la compostura y se hizo grabar un mensaje de apoyo a Hillary Clinton, en un acto de intromisión sin precedentes, pretextado en solidaridad de género.
Las lecciones históricas han demostrado que el establecimiento estadounidense no tiene amigos, ni enemigos, sino intereses, y aunque es cierto que Hillary guarda mayor cercanía con los dominicanos, país en el que vacaciona con frecuencia y ha cultivado amistades, pero además ha sido favorecida por sus electores en la diáspora neoyorquina, con lo que se supone que el país le merece aprecio especial, pero, por el lado de los intereses hay cosas que pueden más que el amor… Caucus negros y las poderosas OGN washingtonianas que tienen como objetivo obligar a la República Dominicana a flexibilizar su Registro Civil para asentar a millares de haitianos.
Con relación a Haití y los Clinton el río suena desde hace tiempo con versiones de concesiones mineras, de operación de telefonía y con fondos de reconstrucción que a la hora de la hora pesan más que el cariño hacia RD.
Nada hace pensar que el panorama resultaría más halagüeño para los intereses dominicanos con el triunfo de Donald Trump, a diferencia de Barack Obama él sabe bien donde queda el país en el que ha estado asociado a negocios inmobiliarios, pero eso no lo ata a ninguna condescendencia.
