El embarazo en adolescentes se ha convertido en un problema social que trasciende la salud pública global. Anualmente, 15 millones de niños nacen de madres cuyas edades oscilan entre 15 y 19 años, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Son incontables los sueños tronchados producto de este flagelo.
El embarazo precoz es uno de los factores que más influye en la reproducción del círculo de la pobreza, es un lastre que se suma a los elementos que forman parte de las ataduras que impiden el desarrollo de jóvenes que, a temprana edad, se convierten en padres, en lugar de disfrutar a plenitud su niñez y adolescencia, y de completar el ciclo básico de estudios.
Tal es el caso de una joven de 16 años que cursaba el tercero de bachillerato en un liceo del sector Los Mameyes, en Santo Domingo Este, además de que estudiaba secretariado ejecutivo en el instituto San Pío X.
“Desde que salí embarazada las cosas han cambiado mucho. Antes era a mí a quién cuidaban, pero ahora soy yo la que tengo que cuidar a mi hijo, y aunque mi familia me ayuda, yo no me he podido inscribir en la escuela ni en el instituto y eso me tiene mal”, cuenta mientras sostiene a su bebé de tres meses y, a la vez, aconseja a chicas de su edad a postergar las relaciones sexuales hasta que estén preparadas y hayan terminado sus estudios.
De acuerdo con la más reciente publicación de la Encuesta Demográfica y de Salud (Endesa) del Ministerio de Salud Pública (MSP), realizada en 2013, uno de cada cinco nacimientos ocurre a partir de una madre adolescente, para un porcentaje del 20.5.
Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), República Dominicana se encuentra entre los cinco países con mayor proporción de embarazos tempranos en América Latina. Una de cada cuatro mujeres (24%) de entre 20 y 49 años tuvo un hijo antes de los 18, y casi la mitad (41%) antes de los 20.
Asimismo, la provincia con mayor proporción de atención de embarazadas a temprana edad es María Trinidad Sánchez, con 32%; seguida de San José de Ocoa, Duarte, San Juan, Monseñor Nouel y Sánchez Ramírez, con 31%.
Debido a la alarma provocada por la situación, el Gobierno, a través del Gabinete de Coordinación de Políticas Sociales (GCPS), ha desplegado acciones integrales dirigidas a reducir al máximo la cantidad de niñas y adolescentes que cada año quedan embarazadas.
En enero de este año, la Vicepresidencia de la República desarrolló el “Foro Nacional de Prevención del Embarazo en Adolescentes: logros, desafíos y perspectivas”, organizado junto al (GCPS) y el Banco Mundial (BM), el cual reunió a expertos y entendidos en la materia de la región.
Otra de las acciones fundamentales que se lleva a cabo es el componente de Salud Integral, con el que se busca que los jóvenes participantes del programa Progresando con Solidaridad (Prosoli) se orienten acerca de la importancia de tener una buena salud sexual y reproductiva, prevenir embarazos en adolescentes, infecciones de transmisión sexual, VIH y SIDA.
Con ese propósito, 513 mil 349 adolescentes y jóvenes han sido capacitados entre 2013 y 2016 en dos proyectos creados exclusivamente para detener este flagelo: “Yo Decido Esperar” y “Bebé, Piénsalo Bien”.
En “Yo Decido Esperar” se han capacitado 23 mil 6 guías juveniles sobre salud sexual y reproductiva, VIH y SIDA y prevención de embarazo precoz, los cuales han fungido como agentes multiplicadores orientando a 104 mil 992 personas de ambos sexos con edades entre 10 y 13 años.
Además, 356 mil 862 jóvenes pertenecientes a familias Prosolide entre 14 y 24 años han sido impactados directamente con la problemática, para un total de 461 mil 854, de los que, cuatro mil 108 participan activamente en “Yo Decido Esperar”.
También, diversos pueblos han sido testigos de la movilización de cerca de 12 mil 500 adolescentes y jóvenes en varias caminatas en las provincias de mayor índice de embarazo temprano.
En adición a lo planteado, se han promovido foros dirigidos a jóvenes y adolescentes con el objetivo de debatir sobre la realidad del embarazo prematuro, sus causas y cómo prevenirlas, en los cuales han participado cerca de 10 mil chicos y chicas.
En tanto, el proyecto socioeducativo de prevención de embarazos en adolescentes “Bebé, Piénsalo Bien”, se aplica mediante el uso de simuladores de recién nacidos, que permite a los jóvenes conocer durante tres días continuos la responsabilidad que implica ser padres a temprana edad.
Esa experiencia la han vivido 51 mil 489 chicas y jóvenes provenientes de 147 centros educativos públicos y privados, de los que se seleccionaron a dos mil 258capacitados en psicoafectividad y 22 mil 715 padres y tutores han participado en jornadas de orientación sobre estrategias para abordar temas de educación sexual con hijos e hijas.
En este proyecto el simulador reacciona de la misma manera que un niño real, requiriendo cuidados especiales para cada una de las necesidades y molestias que presenta un bebé real. Esto busca poner al tanto a adolescentes y jóvenes de la responsabilidad de tener un hijo a temprana edad.
