Opinión

Emergencias regionales

Emergencias regionales

En los últimos días se está sugiriendo -a través de la prensa- que el Congreso Nacional legisle para lograr el aporte de un “peso por la vida” descontado del aporte que hacemos en los principales peajes de nuestras carreteras para crear unidades de atención de emergencia en nuestras carreteras.

No hay que dudar que el desarrollo sociopolítico del país  y de grandes obras viales en los últimos años, constituye  un desafío constante a las autoridades de turno para lograr el desarrollo y aplicación permanente de una estrategia nacional que no se detenga solo en la construcción de la obra física.

El 16 de diciembre del 1995 en un artículo publicado en el hermano Listín Diario (sección opinión, página 6) frente a lamentables accidentes ocurridos en la época de ciudadanos distinguidos, en las autopistas de nuestro país,  sugerí la creación de las “Emergencias Medicas Regionales” con capacidad resolutiva y que las mismas tuvieran “nombres y apellidos”.

En dicho artículo sugería que dichas unidades de emergencia tuvieran el equipamiento necesario para solucionar lesiones de emergencia (oxigeno, cura de heridas, inmovilización, tubo de pecho, control de hemorragias, aplicación de soluciones endovenosas, monitoreo cardiovascular, ambulancias…)  hasta tanto los accidentados pudiesen ser trasladados a un hospital especializado.

Asimismo, consideraba en mi escrito que la unidad en la carretera del Sur llevara el nombre de ese prestigioso colega y profesor de múltiples generaciones, el doctor Teófilo Gautier (Teo), quien falleció en un lamentable accidente mientras se desplazaba hacia Barahona a continuar sus investigaciones sobre el “hermafroditismo infantil” en la zona, sugerí que la unidad en la autopista Duarte se nombrara como Pedro Rivera, fallecido en el Hospital central de las Fuerzas Armadas luego de un accidente cercano a Santo Domingo; la unidad del Este la nombraba con el nombre de Rogelio Arturo Pellerano (Tuturo) quien falleció en medio de una crisis asmatiforme que no encontró  oxigeno en una de las clínicas del Seguro Social en Boca Chica. Por último, la unidad de la autopista Puerto Plata-Samaná, sugerí que se llamara  doctor José Modesto (Nanano), un joven neurocirujano que ejercía en Santiago y  falleció en un accidente automovilístico en la autopista de Puerto Plata, luego de asistir quirúrgicamente a un dominicano en la zona (cual paradoja de la vida).

Si hoy contamos con médicos  emergenciólogos, intensivistas y personal paramédico sin funciones y que pueden integrarse a estas estrategias, solo falta que “la voluntad política y el  liderazgo en salud” emprendan esta dinámica de crear las “emergencias médicas regionales” donde la diferencia de permanecer con vida es cuestión de “minutos”.

El Nacional

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