Noticias importante Reportajes

Empeora el tránsito en calles de la capital

Empeora el tránsito en calles de la capital

El tránsito en la capital colapsó ante la indiferencia e incapacidad que por años han mostrado unas 14 instituciones responsables de que la circulación de vehículos sea ágil, segura y a un precio razonable. La inversión de miles de millones de dólares en la construcción de túneles, elevados, corredores y dos líneas de metro de nada ha valido para frenar los prolongados taponamientos de vehículos en calles y avenidas, a cualquier hora del día.

La crisis de autoridad y la debilidad institucional que afectan al país extendieron sus tentáculos a esa área vital de la vida en la ciudad y la Ley 241 sobre Tránsito Terrestre se ha convertido en letra muerta.

Como consecuencia, más de 2 millones de vehículos se mueven en medio del desorden y el caos, provocando a los capitaleños altos niveles de angustia y desesperación, así como la pérdida de tiempo, recursos económicos millonarios y vidas.
Tampoco las autoridades hacen cumplir múltiples disposiciones legales sobre el uso de los espacios públicos, cuyas violaciones también contribuyen al caos.

La falta de educación vial es otro de los graves problemas que deben enfrentar las autoridades. La mayoría de los conductores ignoran las señales de “Ceda el paso”, “No estacione en esta área”, “Pare”, “Doble vía”, “Una vía”, “No doble en U” y “No gire a la izquierda”.

Producto de esas desobediencias, las autoridades imponen un promedio de 2,500 multas diariamente, a través de las cuales captan alrededor de $900 millones anuales.  Empero, cifras extraoficiales indican que el país pierde unos 1,300 millones de dólares anuales por efecto de los accidentes de tránsito.

Un estudio

Un estudio sobre las causas del caos, realizado por el Colegios Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA) evidenció que los conductores de la capital operan “como chivos sin ley”.
El estudio evidenció lo siguiente:
El establecimientos de paradas de carros de concho en calles y avenidas de dos carriles, dejando uno solo para la circulación del tráfico normal.

El uso indiscriminado de paradas de carros de concho y minibuses para montar, dejar y esperar pasajeros, cerrando el tránsito a los demás competidores y al usuario de la vía en general.
La ubicación de controles para minibuses y autobuses, ocupando un carril de algunas calles y avenidas.

Los conductores de minibuses y autobuses abandonan las rutas autorizadas para circular por áreas residenciales.
Velocidad y violación de los semáforos por parte de los taxistas cuando tienen un servicio en espera
Alta proliferación de minibuses y autobuses interurbanos en la red de calles y avenidas que están destinadas al transporte urbano local.

Circulación a altas velocidades en calles de alta densidad poblacional, residenciales, hospitales, escuelas, barrios, parques de recreos.
Reducciones de carriles provocados por taxistas debido al estacionamientos sin control en las vías públicas.
Además, los conductores en general cambian constantemente de carril, ocupan y obstaculizan los cruces de las vías; argumentando que el semáforo esta en verde doblan a la izquierda estando en el carril derecho y viceversa, cuando doblan a la derecha, se reincorporan en el carril del centro o de la izquierda y no utilizan las luces direccionales.

Otros factores

En épocas de lluvia el caos es más tormentoso y complica aún más la vida de los conductores.
Las calles se inundan por falta de alcantarillado pluvial adecuado.  Extensas áreas de la ciudad se convierten en lagos artificiales, provocando hileras de vehículos interminables.
Los fallos mecánicos de los vehículos del transporte público y privado son causas constantes de congrestionamiento del tránsito en medio de la lluvia.

La mayoría de los carros y autobuses del transporte público transitan sin cristales, sin puertas, con las gomas lisas, sin frenos, sin espejos retrovisores, sin limpiavidrios y hasta sin placa.

Las condiciones físicas son “reguladas” a través de la “Revista” que las autoridades mandan colocar en el cristal delantero de los vehículos, para indicar que están en óptimas condiciones físicas y aptos de transitar. Sin embargo, los operativos de renovación que realiza la Dirección de Tránsito Terrestre sólo sirven para causar tumultos y molestias a la ciudadanía y principalmente para recaudación de impuestos.

La ciudadanía observa impotente como, sin ningún escrúpulo, los vehículos con placas oficiales violan la luz roja de los semáforos o hacen rebases imprudentes.  No es raro observar policías uniformados transitar en motos sin luces ni placas en túneles y elevados

Las instituciones

Las instituciones responsables de revertir ese desorden son la Autoridad Metropolitana de Transporte (Amet), la Oficina Técnica del Transporte Terrestre (OTTT), la Dirección General de Tránsito Terrestre (DGTT), la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret) y el Fondo de Desarrollo del Transporte Terrestre (Fondet).
También, el Departamento de Vehículos de Motor de la Dirección de Impuestos Internos, la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA) y el organismo regulador de taxis, CART. Además, los ayuntamientos municipales.

Voluntad política

El diputado Juan Hubieres, presidente de la Federación Nacional de Transporte La Nueva Opción (Fenatrano), aseguró que no hay voluntad política en el Gobierno para solucionar tan grave problema. “Es mejor la corrupción y el caos que hacer cumplir la Ley”, dijo.

Manifestó que el caos en el tránsito es la demostración de que los túneles y elevados no eran los solución al problema.
Lo atribuye a la ausencia de un sistema de rutas integradas que permita que los autobuses del interior del país tengan sus paradas fuera la ciudad, como recomienda el Banco Mundial desde 1986. Considera imprescindible que las autoridades implementen un sistema de transporte colectivo que dé garantías de buen servicio a los usuarios.

Sugirió eliminar las paradas de autobuses, minibuses y carros que existen en el centro de la ciudad y, en cambio, “poner las rutas urbanas a trabajar en anillo”.

“Esto es, que las unidades de transporte salen de una zona o un barrio x y no hacen paradas fijas en ningún punto de la ciudad. Llegan a la Duarte y se devuelven hacia el punto de origen”, manifestó. El arquitecto Francisco Mosquea, presidente del Codia, cuestionó la ausencia de mecanismos de control técnico, administrativo y operacional que permitan a la AMET organizar el tránsito, prevenir y penalizar las infracciones.

También señaló “la ausencia de coordinación del Ayuntamiento del Distrito Nacional con los sectores oficiales y de servicios públicos involucrados en el manejo del tránsito, para defender su ciudad del caos”.

Mosquea se quejó del “ineficaz agrupamiento de agentes en operativos al azar, dejando sin servicio áreas y puntos donde realmente son necesarios”
Entre otras medidas sugirió que las autoridades dispongan de horarios específicos para la circulación de los vehículos pesados en determinadas avenidas y de ruta especial para ese tipo de tránsito en el Malecón. Asimismo, prohibir los estacionamientos, de 7:00 de la mañana a 7:00 de la noche en las avenidas principales del área Metropolitana del Gran Santo Domingo, principalmente, en los tramos de mayor congestionamiento vehicular.

Habla la AMET

Igual que el Codia, el director de la AMET, general Frener Bello Arias, atribuye a múltiples factores el congestionamiento del tránsito, entre ellos, el crecimiento del parque vehicular en 30,000 unidades en los últimos años.

Señaló la construcción de grandes plazas comerciales y cientos de edificios de apartamentos en zonas céntricas alrededor de las cuales circula un gran volumen de tráfico, “con el agravante de que tenemos las mismas calles y avenidas”. “A esto se adiciona que muchos centros de servicios abrieron sus puertas sin contar con facilidades de aparcamiento”, precisó el funcionario.

Además señaló que cientos de negocios carecen de los parqueos que demandan sus clientes, porque operan en zonas residenciales, en locales que antes eran viviendas y fueron transformados para esos fines.

Esas adaptaciones de viviendas a locales comerciales violan la Ley 6232 sobre Planificación Urbana, si no fueron autorizadas por el Ayuntamiento del Distrito Nacional.

“Ante la real problemática del tránsito y los molestosos congestionamientos, no nos hemos quedado cruzados de brazos”, aseguró Bello Arias.

“Estamos implementando medidas concretas para solucionar las mismas y, a manera de ejemplo, podemos citar la implementación de los corredores París, dirección oeste-este, en horas de la tarde, y el corredor Kennedy en las misma dirección, pero de manera permanente”, insistió.

Al mismo tiempo, la AMET coordina con ADN para mejorar la viabilización en distintas avenidas y calles. También, con el Ayuntamiento de Santo Domingo Este, para mejorar la conexión de oeste-este y viceversa, teniendo avance de los resultados con la eliminación de los conflictos de transporte público en el conocido “Farolito”.

UN APUNTE

Sin licencia

Más de un millón de personas transita sin licencia de conducir, según datos de la Dirección de Tránsito Terrestre. Unos 50,000 conductores nunca han solicitado la expedición del documento y los restantes lo dejaron vencer y nunca solicitaron su renovación. La licencia de conducir es la evidencia de que quienes conducen un vehículo tienen capacidad para hacerlo.

Pilar Moreno

Periodista de vasta experiencia en el periodismo educativo y político