¿Qué Pasa?

En cuestión de sexo, cuerpo y mente no siempre se ponen de acuerdo

En cuestión de sexo, cuerpo y mente no siempre se ponen de acuerdo

MADRID.   La respuesta sexual del ser humano es una mezcla de componentes emocionales, cognitivos y fisiológicos. Aunque, como ha demostrado la ciencia, no todos ellos se ponen de acuerdo en todas las ocasiones. Un análisis de varios estudios publicados hasta la fecha sobre esta cuestión ha demostrado que la concordancia entre el cerebro y los genitales es mayor en el caso de los hombres que de las mujeres. Esta llamada ‘concordancia sexual’ se refiere a la correlación que existe entre la aparición del deseo sexual en el cerebro del individuo y los signos físicos correspondientes (erección en el caso de los varones y una serie de cambios en la vasodilatación de la vagina para ellas). Y aunque hasta ahora se sospechaba que en los varones existe mayor acuerdo, los científicos no siempre se ponían de acuerdo sobre si se debía a cuestiones metodológicas, culturales o puramente fisiológicas. La revista ‘Archives of Sexual Behaviour’ publica en su último número un metaanálisis de 132 estudios de laboratorio realizados entre los años 1969 y 2007, con una participación de más de 2.500 mujeres y unos 1.900 hombres. En este tipo de ensayos se somete a los voluntarios a situaciones o escenas que pueden desencadenar su excitación, desde películas a fotografías o sonidos (gemidos, murmullos…). Mientras la valoración subjetiva se basa en las respuestas de los individuos sobre su nivel de deseo sexual; existen varios métodos para valorar la respuesta fisiológica.

Formas de medir el deseo

En el caso de los varones, como explica el equipo dirigido por Meredith Chivers, de la facultad de Psicología de Queens (en Canadá), la medida más fiable procede de los ensayos realizados con una serie de dispositivos que miden la erección y el aumento de volumen del pene. Mientras que en las mujeres, existen distintas formas de evaluar los cambios en el flujo vaginal que experimenta el organismo durante dichas situaciones (como el fotopletismógrafo, que se introduce a modo de tampón) o los cambios de temperatura en la piel de los genitales a través de la termografía, que utiliza un sensor de temperatura colocado en los labios menores. Después de analizar los resultados de los estudios que identificaron sobre este tema, los autores llegaron a la conclusión de que la correspondencia entre cuerpo y mente en cuestión de sexo es muy superior en los hombres que en las mujeres (hasta tres veces más); aunque no están muy seguros de las causas de este fenómeno. Podría ser, reconocen, una cuestión de metodología (ya que resulta más fácil medir la excitación del varón), o bien que el hecho de que los hombres necesiten en mayor medida la conjunción de los elementos psicológicos y genitales para llevar a cabo el acto sexual. “Desde el punto de vista evolutivo”, añaden, esta discordancia en el caso de las mujeres puede ser una “ayuda para elegir una única pareja sexual”. En el futuro, concluyen, habrá que ahondar en estas ideas para utilizar estos conocimientos en el terreno de las disfunciones sexuales y comprender mejor las diferencias de hombres y mujeres en este terreno.

El Nacional

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