Opinión

En el monumento

En el monumento

Miguelina

Aprovecho este espacio para dar cabida a una comunicación del ingeniero Lenín Alba del Aeropuerto Internacional del Cibao. Esta comunicación destaca las virtudes de Miguelina Miguel González, gerente de operaciones de la empresa y fallecida la semana Pasada. “Una mujer con una disciplina excepcional que era trasmitida a cada uno de los que trabajamos directa o indirectamente con ella. Llegaba siempre puntual a la oficina, no antes de verificar por ella misma el funcionamiento de la Terminal mientras pasaba, esto motivaba al personal a tener todos los elementos de limpieza, organización y flujo bien organizados.

En su oficina se ponía al día de las actividades pendientes y de seguimiento, dándole prioridad a aquellas que eran de mayor relevancia para el funcionamiento e imagen del aeropuerto. Siempre había un momento con el personal a cargo de cada área para impartir instrucciones de que hacer y cómo hacerlo, al igual que siempre mantenía informados a sus superiores con el respeto que le acostumbraba. Su habilidad como líder, no solo se limitó a la empleomanía del aeropuerto, fue mucho más allá, manteniendo un vínculo claro y bien definido con las autoridades gubernamentales y militares tanto en el aeropuerto, como fuera del mismo.

Esto la llevó a ser reconocida en varias ocasiones por estas instituciones. No había problemática que afectara al cliente, en la que no se involucrara para buscar una solución.

Sus funciones no se limitaban a un horario, estando fuera o en la terminal, las directrices eran claras, había que informar cualquier anomalía que afectara las actividades propias del aeropuerto. Recuerdo una borrasca (ventarrón) que un sábado en la tarde de septiembre del 2005 afectó el aeropuerto, causando daños considerables a la infraestructura, aeronaves privadas y vehículos en los parqueos, ella misma estuvo al frente coordinando las actividades para restaurar el funcionamiento de cada área a la brevedad posible.

Era muy evidente que en cada una de las actividades estaba su sello y toque especial que le caracterizaba. Como ser humano era una persona de una gran generosidad y un corazón enorme, eran dos extremos muy diferentes y opuestos, en el lenguaje popular ella sabía diferenciar cuando apretar y cuando pasar la mano”. Descanse en paz, Mimi.

El Nacional

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