Opinión

En el monumento

En el monumento

Hospital Cabral y Báez
En la actualidad se libra una batalla. Naturalmente la confrontación no es armada. Se trata de una guerra informativa en la que el Ministerio de Salud Pública va perdiendo. Las versiones alrededor de que un brote de tuberculosis resistente afecta el Hospital Regional José Maria Cabral y Báez va ganando cuerpo.

Es el personal de enfermería y médicos quienes junto a personas que acuden allí se han encargado de la difusión de que el mal está extendido y centrado en el lugar. Hasta se ha dicho que universidades como la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra retiraban a sus estudiantes por el temor a ser enfermados. Me quedan alrededor de esta cuestión muchas interrogantes.

Por ejemplo, ¿quién distribuye las mascarillas que se ponen muchísimas personas que van al centro de salud? ¿A quién le interesa el contrato de remodelación en marcha? El Hospital no ha sabido defender su verdad si es que tiene alguna. Las autoridades parecen empantanadas. Esto hace pensar que es cierto. Hay un brote epidemiológico en el hospital de Santiago.

La Información cuando no es oportuna pierde efectividad. Creo que en el tema hay verdades y medias verdades. Se ha dado un poco de espectacularidad al tema en algunos medios. Estas verdades y la exageración que veo en el asunto cuestionan nuestro débil sistema de salud. En el Cabral y Báez hay una guerra de información en medio de un proceso de reparación que marcha a ritmo lento.

El ingeniero Pagán de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado se ha cansado de decir que hay que reforzar todo allí porque la estructura no servía pero nadie enfrenta eso. Los ingenieros marchan a paso de tortuga porque el dinero fluye de manera lenta, pero nadie habla de eso. El Cabral sobrevive en medio de una batalla de este tiempo, la de la guerra de la información.

Los diputados
Los legisladores de esta provincia en la Cámara de diputados han puesto su esperanza en que la débil seguridad pública en la provincia pueda ser reforzada. Apuestan a que con el inicio del 911 puedan revertirse los niveles de robos y asaltos que se producen en el municipio cabecera y en las otras poblaciones.

La afirmación es del diputado Dilepsio Núñez quien ha dicho públicamente que hace falta un mayor esfuerzo en ese sentido y nos indica cómo en diferentes foros en los que han participado la seguridad pública es la gran preocupación. Tienes razón el representante de Santiago en ese organismo, este es el gran desafío que ha sobrepasado la capacidad de la policía y de los demás órganos del Estado que tienen que ver con el tema.

Me preocupa sin embargo, que se piense que con la instalación del 911 aquí eso tendrá un impacto que contribuya a bajar los niveles de delincuencia. Se recuerda que el año pasado se presentaban estadísticas tan frías como aquella que señalaba que la mayoría de las personas muertas era por hechos de violencia, por ajustes de cuentas o en atracos. Los robos no se detienen, pero seguimos esperando. Esperando. La acción del Estado debe imponerse y los legisladores deben poner su granito de arena en este sentido.

El Nacional

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