Opinión

En pleno siglo XXI

En pleno siglo XXI

Los agresores del género femenino cometen sus actos de violencia principalmente a través de bofetadas, con palos, piedras, botellas, armas blancas y de fuego.

La sociedad nuestra mitifica la familia como un espacio sagrado, prefiriendo que pase cualquier cosa dentro de ella antes de ser dividida, por lo que, erróneamente, las mujeres muchas veces tienden a soportar agresiones por temor al abandono y la soledad, en una sociedad en vía de desarrollo que aún exhibe dificultades de empleos y de seguridad económica y social.

A pesar de que las víctimas no lo denuncian y de que la legislación de República Dominicana es nula en esa materia, contrario a como ocurre en las legislaciones de otras naciones, las mujeres del país también son víctimas de acoso sexual en los centros de trabajo tanto públicos como privados. Ciertamente, una gran cantidad de las empleadas enfrenta permanentemente el acoso sexual o delito de naturaleza sexual no deseado que surge en una relación de trabajo.

La violencia que se ejerce contra las mujeres en la familia y fuera de ella constituye un verdadero crimen y, en efecto, como tal debe tratarse.

Las causas que generan esa violencia son atribuidas por los especialistas a que el hombre maneja más fácil la violencia que el verbo, a las dificultades económicas, al bajo nivel educativo que afecta a una parte de la población y a los trastornos mentales que generan los celos excesivos y peligrosos.

Sean cuales sean las causas que generan a esa odiosa, bochornosa y deprimente práctica ejercida contra las depositarias de la vida, contra las madres de todos los hombres que hay sobre la faz de la tierra, todos y todas tenemos que declararle la guerra y vencerla.

Asumamos ese compromiso en ocasión de celebrarse este 25 de noviembre el Día de la No Violencia Contra la Mujer.

El Nacional

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