1 de 3
En los primeros 11 años del Siglo XXI, la violencia intrafamiliar continúa alcanzando cifras escandalosas, hasta el punto de que, en la última década, unas 2 mil 258 mujeres, en su mayoría madres de familia, han sido brutalmente asesinadas en la República Dominicana y más de 7 mil 400 menores de edad han quedado huérfanos.
Además, 704 hombres se han quitado la vida desde el año 2011 hasta la fecha, después de haber segado la vida a sus parejas o exparejas, mientras que el número de mujeres con lesiones severas, graves o leves, debido a la violencia de maridos o exmaridos, asciende a 18 mil 976 en igual período.
Hay por lo menos tres víctimas cada semana, de acuerdo con cifras recogidas en el Palacio de la Policía Nacional y en las Fiscalías del Distrito Nacional y la provincia de Santo Domingo.
Los inocultables avances, los múltiples foros y las modernas legislaciones condenatorias logradas en los últimos tiempos, han sido suficientes para impedir que las mujeres dominicanas y las de otras naciones continúen siendo víctimas de múltiples formas de violencia, abusos y atropellos, y de acoso sexual.
La violencia contra la mujer -que se expande la humanidad sin excluir continentes ni naciones- ha sido considerada por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia como una de las negaciones más perniciosas de los derechos humanos, por lo que, al conmemorarse este 25 de noviembre el Día de la No Violencia Contra la Mujer, debemos redoblar los esfuerzos para evitar la misma.
En el caso particular de nuestro país, el drama es tan alarmante que, al hablar de violaciones a los derechos humanos, necesariamente tendríamos que admitir que las dominicanas, muchas de ellas jefas de hogares, son las víctimas fundamentales de esas violaciones.
