Opinión

En Trudille nadie pidió

En Trudille nadie pidió

PEDERNALES, RD.- Cuando se creen las condiciones para que puedan convivir de manera armónica la preservación de la naturaleza y el desarrollo turístico,  en la agenda de los viajeros  se consignará como un objetivo vital el conocimiento de este destino.

 Trece playas paradisíacas(Playa Blanca,  Playa Trudille, Playa Larga, Playa Corta, Playa Chiquita, Playa Caliente, Playa Caribe, Bahía de Las Águilas, Playa Cabo Rojo, Bahía Honda, Playa San Russell, Playa Jardín de Coral, Playa Bucanye) acostadas sobre un camastro de 38 kilómetros de arena blanca y 25  de acantilado.

Es prácticamente consensuada la determinación  de que la parte correspondiente a Bahía de las Aguilas se preserve sin ningún tipo de intervención, pero es  impostergable que se creen las regulaciones para que con el desarrollo de otras áreas, pedernales empiece a emerger como uno de los puntos turísticos más codiciados del Caribe.

Recién se ha producido un peregrinaje que hace pensar que se le ha colocado en la agenda gubernamental. Autoridades claves para promover el despegue han estado visitando la zona.

Es el caso del secretario de Estado de Turismo, licenciado Francisco Javier García, quien encabezó un encuentro que ha renovado las expectativas de todos los que aspiran a una pronta variación del tétrico panorama de una provincia que tiene una única fuente de vida: la esperanza.

El ministro de turismo dispuso la elaboración de un proyecto para el desarrollo del turismo sostenible en la zona de Pedernales como foco principal de la conversión de la región sur del país en el cuarto polo turístico.  En  su visita se hizo acompañar de la presidenta de la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes (Asonahores), Haydée Kuret de Rainieri, así como de su esposo, el señor Frank Rainieri, a quienes pidió el aporte de sus experiencias como desarrolladores, para hacer más expedito el despegue de  Pedernales.

También se comprometió a la contratación de técnicos de turismo ecológico de Costa Rica, que se distingue por la implementación de un modelo de desarrollo de ecoturismo reconocido en el mundo.

Otro visitante reciente lo ha sido el secretario de Estado de Medio Ambiente, el doctor Jaime David Fernández Mirabal,  que comparte la idea de promover un desarrollo turístico que mejore las condiciones de vida de los habitantes de la zona sin afectar las áreas que deben ser preservadas.

Pedernales está conmemorando el 51 aniversario de su fundación, motivo por el cual se elaboró un programa de actividades que incluyeron sendas conferencias de los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, doctores Reinaldo Pared Pérez y Julio César Valentín. Ambos consideraron como injusto que los habitantes de unos poblados privilegiados con tantas bellezas naturales, continúen de espaldas al desarrollo.

¿De qué viven los habitantes de una provincia sin empleos?

 Oviedo no cuenta ni siquiera con fuentes informales de trabajo, porque en esa población no funciona ni una farmacia, ni una heladería, ni una banca deportiva, podría decirse que la gente come de la pesca, que ya no sólo es de pescados y mariscos, sino la del llamado “peje-cubeta”, que tan nefasta complicaciones suele arrojar.  Para el que lo dude, solo cito el caso Paya.

La suerte de estos pueblos es tan precaria, que Oviedo, que debe ser el único pueblo del país donde no opera ni el motoconcho,  estaba muy esperanzado con la instalación de una empresa dedicada a la importación de ropa usada, pero fue clausurada por la Dirección de Aduanas antes de que empezara a operar, y posteriormente esa actividad ha sido  vedada en toda la frontera, con lo que en vez de más plazas hay menos, porque en Pedernales operaba una factoría de ese tipo y también fue cerrada.

Sobrevolando sobre la zona costera de Pedernales, hicimos un descenso  en una comunidad de pescadores ubicada a la orilla de la playa de Trudille, en la que residen más de cien familias en espantosa situación de hacinamiento. Además de los residentes fijos hay decenas que llegan a caballo o en yolas a pernotar durante un período a esperar lo que les arroje el mar

No hay letrinas ni refrigeración, por lo que tienen que desempeñarse en el monte.

El cuadro de vida no puede ser más patético, sin embargo, se alimentan de la esperanza de que algún día se establezca una real protección ambiental que no ignore al ser humano.

Nos llamó la atención que en medio de tanta precariedad muchas personas se acercaran a nosotros para que pidamos por el desarrollo, pero ninguno nos gritó hambre ni nos solicitaron dinero.

El Nacional

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