Opinión

ENFOQUE SEMANAL

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En este pais solo se aplica la ley a quien no puede comprarla

La mayor preocupación de la ciudadanía sigue siendo la falta de seguridad que afecta lo mismo a los hogares, que las calles, que los comercios, y los medios de comunicación social nos traen día tras día decenas de casos que por lo repetitivo cansan, y la situación se atribuye tanto al auge del narcotráfico, en ascenso imparable, como a la lenidad de los Códigos y los jueces encargados de aplicarlos.

Los delincuentes gozan de tratamientos privilegiados, no solo en los penales, donde disfrutan de celulares, visitas conyugales, y andan armados, para dirigir desde las propias celdas sus criminales negocios, mientas los plazos de la policía para investigar los casos y someter a los culpables a la justicia se acortan, y los códigos son modelos de garantías para los infractores de la ley y los jueces se encuentran de manos atadas ante la debilidad de las pruebas que se les presentan para sustentar sus condenas.

No es posible que la prisión preventiva sea la última de las medidas de coerción que se aplican a los imputados, y los condenados solo cumplen un poco más de la mitad de sus condenas y vuelven a las calles a repetir sus acciones antisociales.

Un ejemplo de ello acaba de ocurrir en Santiago, donde un comerciante maeño fue ultimado a tiros, mientras su hijo recibió tres balazos, por el mismo grupo de delincuentes que hacía cuatro años le robaron su camión, se les condenó a cinco años de los cuales cumplieron cuatro y volvieron a las calles para volver a buscar a su víctima, para matarlo y robarle 200 mil pesos.

El Procurador General Domínguez Brito es un hombre probo y un profesional serio, pero de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno, y el general Castro Castillo hace lo que puede para aumentar la eficiencia de los hombres bajo su mando, quienes reciben salarios de hambre, mientras los delincuentes hacen gala de sus riquezas mal habidas, lo que hace desigual la lucha entre ambos sectores.

La delincuencia debe ser combatida a todos los niveles y por todos los actores sociales, pues de lo contrario la lucha caerá en el vacío, y lo primero que deben convencerse de ello son los senadores y diputados, haciendo los cambios que necesitan nuestros Códigos, y también disponiendo mejores sueldos para los encargados de vigilar por el cumplimiento de la ley.

Pretender que las cosas se arreglarán por si solas, es querer tapar el sol con un dedo y darles largas a un problema que cada día se agrava más, para desgracia de los ciudadanos honestos y cumplidores de la ley, que pese a ser los más, están a merced de los malhechores de toda laya.

Está bien que se trate de convertir las cárceles en lugares de rehabilitación social, pues todo hombre tiene derecho a aprender de sus errores y a reivindicarse ante sus semejantes, pero tratar a los delincuentes con manos de seda, haciendo de su estadía en la cárcel, unas vacaciones, para repetir sus hazañas delictivas al recobrar la libertad es hacerle a la sociedad un daño irreparable.

Y hasta el próximo domingo, con más Jerez y más Whisky

El Nacional

La Voz de Todos