Opinión

Enfoque semanal

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Mejía reclama al presidente Medina que haga lo que él no hizo

En el ámbito político criollo ha caído como una bomba la encuesta de Barómetro Político Latinoamericano, según la cual, con un 73% de aceptación, el Presidente Danilo Medina es el más popular entre los Jefes de Estado de 25 países de la región.

Por eso no tiene nada de extraño que los políticos de la oposición, cuál avispas a la cual le apedrean el nido, se hayan lanzado en masa contra nuestro actual Jefe del Estado, no solo tratando de desmeritar la encuesta en cuestión, sino también negando que nuestro actual mandatario haya hecho cosas positiva alguna, pese a los obstáculos que ha tenido que vencer en el arduo camino transitado en estos tres años de labor.

En esta actitud negativa sobresale el ex Presidente Hipólito Mejía, quién no pierde la oportunidad para negar al Primer Mandatario toda actuación positiva, rumiando la frustración que sufre, al reclamarle al Presidente Medina que haga cosas, ninguna de las cuales él ni siquiera intentó cuando tenía la banda presidencial ceñida sobre el pecho.

Hipólito niega la sal y el agua a quien supo propinarle una derrota con la que nunca soñó, olvidando adrede que fue a base de malas artes que le ganó la convención interna del PRD, a su principal rival, Miguel Vargas Maldonado, en el 2011.

Se desgañitan los opositores criticando al gobierno porque los precios de la gasolina se mantienen altos, pese a la baja del petróleo en los mercados internacionales, olvidando estos inveterados críticos, algunos de los cuales se pasan de la raya irrespetando personalmente al Jefe del Estado, que el gobierno mantiene un déficit, para cubrir el cual necesitaría mayores ingresos, o crear nuevos impuestos, mientras en todos los rincones del país se promueven protestas, apadrinadas por la oposición, para reclamar del Gobierno la ejecución de nuevas obras, o solucionar problemas viejísimos.

Mientras ahora el reclamo de moda es que se destine el 5% del Producto Bruto Interno para la Salud Pública, y la consiguiente mejoría de los servicios sanitarios, aumentos salariales a médicos, enfermeras y técnicos, se suban los sueldos a guaridas y policías, además de a los empleados públicos civiles, incluyendo entre estos a los pensionados del Estado y sus instituciones autónomas. Sin olvidarnos, de ñapa, de reducir los precios de los alimentos.

Afortunadamente todas estas maniobras están destinadas a terminar en el zafacón de la basura, con la reelección del Presidente Medina asegurada.

Y hasta el próximo domingo, con más Jerez y más whisky

El Nacional

La Voz de Todos