Opinión

ENFOQUE SEMANAL

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El embajador norteamericano tiene toda la razón

Sin lugar a dudas que el nuevo embajador de los Estados Unidos, míster James Wally Brewster está escribiendo una página, hasta este momento inédito, en la historia de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones. A su llegada al país el diplomático despertó unas expectativas sobre sus ejecutorias, que rápidamente fueron llenadas por su exquisito tacto, la sobriedad de sus actuaciones y el comedimiento de sus pronunciamientos.

No debemos olvidar que en las relaciones dominico-estadounidenses ha habido momentos de tensión, especialmente por la prepotencia con que actuaron durante el siglo pasado, algunos de sus embajadores, o las desgraciadas circunstancias que llevaron a las fuerzas armadas de Estados Unidos a desembarcar brevemente en nuestro suelo, como ocurrió en 1905, cuando el incidente de Villa Duarte por su infantería de marina, en 1916, después del asesinato del Presidente Ramón Cáceres, y el convulso periodo de revoluciones continuas que vivió el país, hasta el 1924, cuando se marcharon y dejaron interinamente en el poder al industrial Juan Bautista Vicini, sucedido luego por el general Horacio Vásquez, la tirantez con la tiranía de Trujillo, especialmente a finales de la década de 1950 y la vuelta a invadir nuestras playas cuando la revolución constitucionalista de 1965, pero esas son cosas de un pasado turbulento sobre el cual es mejor no insistir.

Con el embajador Brewster, que va camino de convertirse en un modelo de excepción, y tal vez en el diplomático norteamericano más destacado a lo largo de nuestra historia casi bicentenaria, estamos experimentando un funcionario abierto y capaz, atento a tratar con igual cortesía al rico que al pobre, como corresponde a un hombre de sus ideales progresistas.
La última actuación del diplomático de Estados Unidos fue su reciente visita al presidente de la Junta Central Electoral, doctor Roberto Rosario, con quien conversó sobre la organización de los comicios del 15 de mayo del 2016, que marchan con toda normalidad.

A preguntas de los periodistas que cubren esa fuente noticiosa, el embajador Brewster expresó su opinión de que nuestros partidos, a toda costa, deben evitar la penetración del sucio dinero del narcotráfico en nuestros asuntos políticos, y señaladamente en los electorales.

Pero son los candidatos los primeros que deben interesarse en evitar que el dinero del tráfico de drogas penetre sus actividades, no ningún organismo nacional o extranjero, señaló el diplomático.

Los Estados Unidos siempre estarán dispuestos a colaborar con las autoridades dominicanas, a todos los niveles, en la lucha contra ese flagelo, señaló el embajador Brewster.

La honradez se lleva en los genes, y hay personas que preferirían perder un brazo, antes que darlo a torcer, aceptando dinero cuyos orígenes son turbios o no pueden explicarse satisfactoriamente, esto al margen del sueldo que pueda devengar el funcionario público.
Y hasta el próximo domingo, con más Jerez y más Whisky

El Nacional

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