Opinión

ENFOQUE SEMANAL

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El artículo del embajador Brewster
La verdad pura y simple es que quedé gratamente impresionado cuando el lunes 14 del pasado mes de marzo leí el artículo titulado Los derechos humanos son para todos, original de la pluma del embajador norteamericano en el país y subtitulado “Mi trabajo es seguir fortaleciendo nuestra sólida relación bilateral”, publicado en la página 13-A del periódico Hoy.

Digo que quedé sorprendido por la enjundia de los conceptos vertidos en su artículo por el embajador Brewster, porque desconocía su diestro manejo de la pluma, lo que evidencia que no es ajeno al ejercicio periodístico, por lo cual recomiendo a quienes no lo hayan leído, que busquen la edición de dicho día 14, y se empapen de las ideas del distinguido diplomático.

Como embajador, comienza afirmando el señor Brewster, su meta es apoyar las políticas del Presidente Obama, a quien agradece el nombramiento, ganado en buena lid por su colaboración durante la campaña electoral del 2008, para que por vez primera en la historia del gran país del Norte, un afroamericano ocupase el Salón Oval, de la Casa de Gobierno en Washington, y de conocida militancia en el Partido Demócrata.

Entre los temas que son preocupación del enviado norteamericano, al igual que la de todos los dominicanos conscientes, están el de la Educación, el fortalecimiento de la seguridad ciudadana, la creación de oportunidades económicas, promoviendo la inclusión social y los derechos humanos de todos, al igual que nuestro primer programa de Emergencias 911, establecido en Santo Domingo, y que próximamente se extenderá a Santiago, San Cristóbal y Haina, así como el combate sin tregua al nefasto crimen del narcotráfico.

El embajador Brewster informó de la colaboración económica, al través de la Agencia Internacional para el Desarrollo, del mejoramiento de la educación a nuestros alumnos de las escuelas primarias y secundarias, para beneficiar a 300 mil niños y niñas residentes en las trece provincias más pobres del país.
Sin mencionarlos por sus nombres, el embajador norteamericano se refirió a los últimos acontecimientos relacionados con su presencia en este último acto, y las críticas lanzadas por autoproclamados representantes de la sociedad civil, incluidos líderes religiosos, sociales, políticos y hasta legisladores.

Sin dudas que entre nosotros hay personas interesadas en atizar las discordias entre los pueblos y gobiernos de Estados Unidos y la República Dominicana, aprovechándose de cosas intrascendentes en este comienzo del siglo 21, y que vuelcan los cañones de su propaganda contra el embajador Brewster, sin entender que en el mundo globalizado de hoy, la amplitud del concepto de la Universalidad Plena de los Derechos Humanos ha avanzado una enormidad en apenas medio siglo, es decir, luego del fin de la Segunda Guerra Mundial.  El embajador Brewster merece ser felicitado, no solo por la claridad de su pensamiento y su valentía vertical, sino además por responder sin medias tintas la pregunta más difícil que se puede hacer un ser humano: ”Quien soy yo”.
Y hasta el próximo domingo, con más jerez y más whisky

El Nacional

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