Opinión

ENFOQUE SEMANAL

ENFOQUE SEMANAL

Un arcaico refrán dice que los reyes, como los generales viejos, se resisten a morir, conseja que podríamos aplicar, en el caso dominicano, a nuestros políticos, la mayoría de los cuales no parecen entender cuando les ha llegado la hora de hacer mútis, como fueron los casos del doctor Joaquín Balaguer y del profesor Juan Bosch, que pasados los 90 años de edad, todavía persistían en mantenerse activos.

Ahora mismo la situación se repite a lo interno del Partido Revolucionario Dominicano, dividido en dos bandos al parecer irreconciliables, uno encabezado por el ingeniero Miguel Vargas, que controla  los organismos de dirección del partido fundado en 1939 por un grupo de dominicanos que vivían en el exilio, en La Habana, Cuba, y el otro, por el ex Presidente de la República y  agrónomo Hipólito Mejía, basado en que la mayoría abrumadora de la militancia le sigue.

De nada han valido los esfuerzos de dirigentes perredeístas que imbuidos de la mayor buena fe que  tratan de que los dos cabecillas de facciones depongan sus actitudes y lleguen a un acuerdo, sin el cual, de nada le valdría al PRD participar en la contienda electoral del 2016, porque su derrota a nivel presidencial, y quién sabe si congresional y municipal, resultaría inevitable.

Ahora se anuncia la mediación nada menos que del Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez y de monseñor Agripino Núñez Collado, nuestro mediador por excelencia, en lo que estimamos será  el último intento de que tanto Vargas Maldonado como Hipólito Mejía entren en razón, después de las sucesivas derrotas electorales que han sufrido, y se retiren con dignidad, para dar paso a sangre nueva, que la hay y muy buena, dentro de la dirigencia media del partido que tuvo en el doctor José francisco Peña Gómez, lamentablemente ido a destiempo víctima de un cáncer de páncreas, su máximo propulsor y guía, para que la situación se resuelva sin mayores traumas.

Pero ninguno de los dos quiere dar su brazo a torcer, para no decir que su rival le venció, y por eso han resultado inútiles los esfuerzos mediadores de gente bien intencionada.

Ahora estamos ante el esfuerzo final, pues si la reunificación no se logra con la mediación de Su Eminencia el Cardenal López Rodríguez y nuestro componedor por excelencia, el rector de la PUCAMAIMA, monseñor Núñez Collado, entonces nadie lo lograría y a Dios que reparta suerte, lo que sería un duro revés para la democracia dominicana, que necesita de un PRD fuerte y unificado.

Y hasta el próximo domingo, con más Jerez y más Whisky.

El Nacional

La Voz de Todos