Opinión

Entre chapiadora y peladora

Entre chapiadora y peladora

En mis años mozos el término apropiado era “peladora” para identificar a la mujer que sólo mostraba interés por el dinero o bienes materiales, obviando los sentimientos. Sin embargo, esto no significaba que fuera una prostituta, ya que le quitaba todo lo que pudiera a los hombres sin nada a cambio.

Todos hemos disfrutado y bromeado con los mensajes de chapiadoras que circulan a través de la red, así como con las imágenes y comentarios. Basta acceder a la Internet y notará más de 8 mil resultados sobre este término.

Pero lo lamentable es que el término se ha puesto de moda, en una sociedad que se empeña en denigrar a la mujer y que incluso muchas féminas hacen “coro” con el mismo. En la mayoría de caso para ganar espacio en los medios.

Pero pocos nos hemos detenido a pensar que estos chistes no son tan inofensivos como parecieran serlo a primera vista. Hay una serie de premisas subyacentes que, de ser analizadas, le roban toda la gracia que pudieran tener los populares chapiadoras.

El término chapiadora cuestiona la dignidad de las mujeres, y más que eso la sociedad comienza a tratarla como objeto al que se puede denigrar y pisotear.

“Esa es una chapiadora”, es una expresión normal cuando se quiere descalificar una mujer, especialmente si es pobre. Porque cuando se trata de alguien de los medios o adinerada entonces el término se sustituye por el de “megadiva”.

Se pierde completamente de vista que la dignidad humana es inalienable y vuelven a resurgir, con fuerza renovada, todos los prejuicios de género contra las mujeres.

Basta con ver los posts cargados de un lenguaje altamente agresivo y ofensivo para darse cuenta que tan pronto una mujer manifiesta algún interés económico, el hombre se siente en perfecto derecho de denigrarla, burlarse de ella y humillarla.

Si a esto le sumamos que cada año en el país se producen más de 100 feminicidios, lo que mantiene a República Dominicana con una de las tasas más alta de violencia contra la mujer en América Latina, es fácil concluir que las expresiones chapiadora o peladora van más allá de una simple expresión.

El Nacional

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