¿Qué Pasa?

Entre cielo y tierra

Entre cielo y tierra

 

Visita dominicana

Brasilia, Brasil.- Nuestra casa brasileña está llena de dominicanidad. Una trajo casabe, jalao y gofio, otra trajo un pote de dulce de coco hecho en casa, orégano molido, una foto y así cada uno trajo algo de nuestra cultura y nuestros orígenes, pero lo que más dominicanidad hace sentir es que nuestra casa está llena de dominicanos que vinieron a traerme su presencia como regalo de cumpleaños.

Es como un pequeño encuentro familiar de los Hernández en Brasil. Seis hermanos y dos cuñados nos hemos acomodado en las camas y en el carro como hemos podido. Cada día nos sentamos juntos a la mesa a hacer largos desayunos, extensas sobremesas con amenas conversaciones de ayer y hoy y la satisfacción de estar juntos como no siempre se tiene oportunidad aún estando en nuestro propio país.

Que vinieran fue mi mejor regalo de cumpleaños. Fue la satisfacción de un sueño de emigrante poder juntar esta pequeña representación de nuestra gran familia en el país donde vivo. Ya buscaré otras buenas excusas para provocar otros encuentros igual en mi largo andar por el mundo.

Dos de las hermanas con estado de salud tan delicados, que ir a un resort en nuestro propio país se les complica. Hasta que no llegaron no lo daba por hecho, pero llegaron y llegaron muy bien. Y hasta han hecho muchas cosas que no se atreverían a hacer en nuestro país, como meterse en un tumulto de gente a ver un espectáculo de pueblo o salir dias enteros a disfrutar de Brasilia y Brasil.

Risas y lágrimas ha motivado este encuentro. Risas por todo, por nada y lágrimas por la emoción de estar juntos y por ser llorones. Juntos hemos bailado samba, merengues, bachata y todo lo que se ha tocado, juntos hemos rememorado viejos tiempos y familiares queridos que por alguna razón no pudieron venir y juntos hemos puesto de vuelta y media a mi esposo francés de costumbres muy distintas a las nuestras.

Ahora que ya casi se van tengo que hacer esfuerzos para no ponerme triste y hacer como hago siempre, guardar este bello encuentro en mi gran baúl de bonitos recuerdos y sacarlo cada vez que quiera sentirlos cerca.

 

El Nacional

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