Primavera en Buenos Aires
Buenos Aires, Argentina. Si los argentinos son ingreídos no me di cuenta, yo le arranqué sonrisas a muchos de ellos y logré entablar interesantes conversaciones con todos los taxistas, meseros, recepcionitas y caminantes que encontré de paso.
Pese a que toda la vida he escuchado decir que los argentinos son arrogantes y presumidos, yo me propuse llegar sin prejuicios y disfrutar mis vaciones en tiempo de primavera. Cuantas veces fue necesario les pregunté direcciónes y orientaciones y en gran medida gracias a los porteños, logré sacar el máximo de mis pocos días de estadía.
Me sorprende esta interesante ciudad del hemisferio sur, en la que viví hermosos días de primavera mientras el resto de la humanidad que vive en el otro hemisferio está en tiempos otoñales. Fue maravilloso ver aquella impresionante arquitectura con aire europeo y seguir los pasos de Mafalda, Manolito y otros personajes de las famosas tíras cómicas de Quino.
Me fotografíe con Borges, Gardel y Alfonsina del Mar y pese a que la gente te hablan de peligro, carteristas y otras posibilidades, caminé sin miedo por los lugares por los que probablemente alguna vez pasó mi querido Ché, Evita, el Papa Francisco y otros reconocidos argentinos.
Disfruté caminar de noche por la calle Corrientes con sus librerías abiertas hasta altas horas y sus luminosos teatros con grandes ofertas teatrales. Visité la colorida calle Caminito donde disfruté de tango al aire libre. Solo fue preciso tener las precausiones básicas que debe tomar en cuenta todo turista: Evitar los lugares solitarios, andar sin artículos que llamen la atención y tener siempre la cartera bien agarrada.
Bailé tango en la calle, disfruté de arte en el Teatro Colón y me compré un par de libros en la impresionante librería el Ateneo.
Disfruté de la famosa carne argentina y me tomé un postre en el viejo café Tortelini luego de haber dado un paseo por la Plaza de Mayo y la calle Florida. Cada día me fui a un barrio distinto: San Telmo, La Boca, Rigoleta, Palermo y en cada uno viví los particulares encantos de cada lugar en maravillosos días de primavera en pleno mes de octubre.
